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Aunque el Partido Popular festeje como un triunfo, en la práctica sabe que eso no le ayuda para conseguir una mayoría parlamentaria y gobernar sin trabas. Asimismo, queda la duda de por qué -con todos los escándalos de corrupción y el desasosiego político- este partido de derecha sostiene su hegemonía, aunque no le alcance para gobernar, dadas las normas del sistema español. En concreto, nadie alcanza la mayoría parlamentaria y los acuerdos tendrán que forzar una u otra salida para generar gobernabilidad. El bloqueo legislativo lleva más de un año y en medio de una crisis económica no se vislumbran las respuestas políticas para solucionarla. En la práctica, se mantiene un modo de gobernar para no cambiar nada. Y con ello, siguen vigentes las trincas y las tronchas empresariales de ciertos grupos beneficiarios del mismo modelo. En todo caso, el conservadurismo que recorre Europa hace pensar que, para salir de él, hará falta romper ciertos nudos a partir de reñidas disputas en el discurso político y en el campo mediático copado por un aparato que se resiste a perder sus prebendas. (O)