Era la primera vez que uno de los países más pequeños del mundo por número de habitantes (350.000) llegaba a un Mundial de Fútbol y, además, en su estreno empataba con la poderosa selección argentina de Messi. Quienes narraban el partido de fútbol no tenían muchos antecedentes de ese país ubicado en el océano Atlántico, al sur del círculo polar ártico.

Lo poco que sabían es que sus primeros habitantes fueron navegantes vikingos y que en la actualidad, pese a tener un ingreso per cápita de alrededor de $60.000, su economía depende en gran medida de la pesca. Islandia no forma parte de la Unión Europea (UE), tampoco Noruega, Liechtenstein y Suiza; estos países integran un bloque comercial conocido como EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio, por sus siglas en inglés) con el cual Ecuador acaba de suscribir un acuerdo comercial abierto, que permitirá colocar en esos mercados nuestra producción de banano, cacao, rosas y algunas frutas.

Se trata del tercer acuerdo de estas características que suscribe Ecuador; antes lo hizo con la Comunidad Andina de Naciones y con la UE. A Islandia viajó el ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana, para firmar este acuerdo comercial que abre enormes posibilidades de aumentar las exportaciones libres de aranceles a una comunidad de 14 millones de habitantes con un alto poder adquisitivo.

Campana destacó que el acuerdo se logró en solo cinco rondas de negociaciones, lo cual demuestra que los objetivos comerciales estaban claros. ¿La EFTA qué nos puede vender? Medicinas, vacunas, abonos, equipos médicos. Otra ventaja es que al tener firmado un acuerdo con la UE, las exigencias fitosanitarias, servicios, propiedad intelectual, etc. de este bloque de cuatro países son similares.

El banano, que antes de la firma pagaba 25% de arancel, será uno de los productos que más se beneficien en términos competitivos. Todos los acuerdos comerciales permitirán mejorar la balanza comercial y diversificar los destinos de nuestras exportaciones. (O)