Publicidad
A 8 días de los comicios presidenciales, hay 2 revelaciones que se manifiestan de mejor manera actualmente. Una: la partidocracia (junto a un aparato mediático muy bien articulado) ha mostrado lo peor de sus viejas prácticas y ha exhibido un gasto millonario extraordinario. No solo que ofende al pueblo porque regala pan, leche y arroz en fundas con el rostro de Guillermo Lasso; además, amenaza con ser quien haga públicos los resultados electorales, lo cual ya es en sí un acto de absoluta ilegalidad. Dos: los segmentos popular y medio han optado por continuar con el proceso político y exigen profundizar la transformación estructural de la sociedad. La campaña del candidato de Alianza PAIS ha dado muestras de tolerancia y respeto a las entidades estatales responsables del proceso electoral. En general, hasta ahora, esta segunda vuelta se ha desarrollado en paz, aunque hay expresiones verbales fuera de lugar y prófugos de la justicia convertidos en actores políticos. Y en ese marco la expectativa mundial por el resultado es mayor que en otras ocasiones. Claro, tratándose de una definición de orden histórico, tiene repercusión regional. Por lo mismo, corresponde tener en esta semana un espacio de reflexión y dejar de lado la mentira y la infamia, que parecen ser la tónica de uno de los dos grupos finalistas. (O)