En el mundo, el concepto de economía circular no tiene más de tres o cuatro años y en su definición se destaca como la estrategia que propone un nuevo modelo de sociedad que utilice y optimice los materiales y los residuos para darles una segunda vida o uso.

Entonces, la idea central se basa en el desarrollo de productos que puedan ser reutilizados y reciclados; en pocas palabras, se resume en reducir, reusar y reciclar.

Muchas empresas entendieron que la reutilización de recursos resulta más rentable que generarlos desde cero. Todo esto deriva finalmente en la reducción de los costos de producción.

¿Y cómo se entiende esta idea en nuestro país? La semana pasada llegaron a Ecuador expertos internacionales para apoyarla, debatirla, posicionarla en la agenda pública y ayudar a derribar las barreras que existían para que se convierta en una realidad que trae enormes beneficios medioambientales.

En el seminario internacional sobre economía circular se intercambiaron experiencias de otros países que también sufrieron resistencias para cambiar lo que se conoce como economía lineal. La embajadora de la Unión Europea (UE) en Ecuador, Marianne van Steen, explica las fases de la economía circular: producción, consumo y gestión de residuos.

Esta herramienta ayuda a incrementar la productividad, el empleo y la competitividad en los países. La economía lineal funciona con la obtención de la materia prima, luego la producción, el consumo y finalmente el desecho. Ahora esa materia prima tendrá más larga vida porque regresará a su ciclo natural.     

La funcionaria de la UE comprometió un presupuesto de $ 2,5 millones para desarrollar un proyecto que ayude a impulsar este concepto en Ecuador. La idea no solo está destinada al sector público, también la empresa privada se alineará porque mejora la producción y contribuye a mejorar las prácticas medioambientales. (O)