Este titular fue tomado de una declaración del intelectual estadounidense Noam Chomsky porque revela y sintetiza una realidad que, aunque suene a paradoja, afecta al planeta. Claro, porque parecería que el triunfo del republicano Donald Trump solo es un error puntual de un pueblo por el agobio de un modelo que excluye a los pobres de EE.UU. y coloca a ese país en un estado de guerra permanente. Y no es así. Hay algo más y solo se entiende tras la derrota de quien representaba a ese modelo y lo iba a sostener a pesar de las dificultades económicas y el agobio de miles de millones de personas en el mundo.

Pero hay algo más: la democracia estadounidense ha probado que no es ni representativa ni soporta los valores que exige al resto del mundo. Por un lado sus mandatarios no son elegidos por todo el pueblo ni tampoco todo el pueblo participa de las decisiones trascendentales de su propio país. El sistema y su modelo neoliberal son la causa de los males que quieren dejar atrás los estadounidenses. Y por ello se pronunciaron a favor de quien rompió con el aparato político, mediático y financiero que lo sostiene. Ahí hay un claro mensaje.

El debate mundial es si Trump puede dejar la guerra de su país por fuera de sus fronteras, si garantiza los derechos laborales de sus ciudadanos, fortalece el sistema de seguridad social y de salud para todos. Pero también de qué modo piensa gobernar para tener buenas relaciones con América Latina y el factor que provoca la emigración. Ese es el tema. (O)