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Ecuador, 29 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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El desafío de entender qué es la internet de las cosas

Hace pocos días, el ministro de Telecomunicaciones, Andrés Michelena, presentó un plan para volver digital a Ecuador, en una apuesta por modernizar a un Estado que naufraga entre una burocracia ineficiente y una ciudadanía apática.

La propuesta, a breves rasgos, busca simplificar cerca del 80% de trámites, es decir que se los podrá hacer en línea desde la casa o un ciber, sin tener que madrugar para formar filas interminables, en medio del acoso de tramitadores y de unos pocos funcionarios sin escrúpulos que demoran el papeleo para lograr que el ciudadano los motive con unas monedas, “para una colita”.

Otro punto importante anunciado por Michelena es la renegociación de los contratos con las proveedoras de telefonía celular, a la par de la apertura de otras bandas a ser entregadas a empresas interesadas en invertir en Ecuador. Estas acciones traerán dos consecuencias favorables al país, dinero fresco para las escuálidas arcas fiscales y una caída en el costo de la telefonía celular. Chile hizo algo parecido y logró que el precio de los planes baje hasta el 70%, esa debería ser la meta.

Uno de los pilares del plan del Ministro de Telecomunicaciones es mejorar el servicio de la internet, con el fin de utilizar la gran autopista electrónica en cosas cotidianas, como que el sistema de buses de una ciudad sepa a tiempo real que subió la demanda de pasajeros y envíe directamente a la parada en problemas, unidades de transporte para aliviar el tema.

Con una buena internet se podrá tener automatizado el sistema de lectura de medidores de electricidad y agua potable, con el consecuente ahorro de tiempo y dinero. Los niños dejarán de lado los libros y sus pesadas mochilas para estudiar en una computadora portátil a la que se le renovarán los contenidos cada año lectivo.  

En el mundo, como en el fútbol, hay que saber a dónde va a ir la pelota para esperarla, y eso es lo que propone Michelena. Cuando cuaje su propuesta, Ecuador habrá entrado en el futuro, en un viaje expreso y sin escalas. Es donde debemos estar, no seguir corriendo infructuosamente detrás de una pelota, sin un rumbo cierto. (O)

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