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La humanidad se volvió a estremecer esta semana con los sangrientos ataques terroristas perpetrados en una zona concurrida de la ciudad de Barcelona. El suceso criminal dejó como saldo trágico 13 muertos y casi un centenar de heridos. La cobarde acción, esta vez ejecutada en Las Ramblas, es un duro golpe a España, que en 2004 sufrió otro atentado.
El trágico hecho deja en evidencia la demente acción criminal, condenada por la mayor parte de la comunidad mundial, incluida la de Ecuador, cuyo gobierno se ha solidarizado con el pueblo español. Pese a los dramáticos episodios del jueves, en Barcelona se lanzó ayer un grito unánime: “No tenemos miedo”. Miles de ciudadanos salieron a la principal plaza de Cataluña, a pocos metros del lugar de los atentados, para expresar su condena contundente al terrorismo.
El atentado que sacudió el corazón de Barcelona es un golpe a una ciudad emblemática de España que ha decidido no paralizarse y recuperar su carácter dinámico y cosmopolita. (O)