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Los 750 megavatios que producen 4 de las 8 turbinas de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair podrían iluminar Quito. No es poca cosa. Todo lo contrario. Nunca antes una obra como esta se desarrolló en Ecuador. No por falta de recursos, los había. La diferencia con el ahora son las prioridades y el sentido de la obra pública y del destino de los recursos de la explotación petrolera.
Y no solo eso. Hay un dato significativo: esta megaobra, en su primera etapa, ya genera un ahorro de $ 600 millones. Y cuando se complete será de $ 1.300 millones. Es decir, más de cuatro veces de lo que generaría el proyecto de reforma tributaria que se debate en la Asamblea Nacional. Se trata de energía limpia, que no contamina y al mismo tiempo garantiza más seguridad para la cadena productiva de todo el país.
¿Qué ocurriría en nuestro país si las 8 centrales hidroeléctricas previstas ya estuviesen funcionando? ¿Cuál sería el verdadero impacto en la economía nacional? ¿Seguirían hablando de gasto o derroche desde esas visiones bastante estrechas de la realidad económica? (O)