No bastaría un siglo para procesar el mayor crimen de la historia de América Latina: el golpe militar encabezado contra el patriota Salvador Allende y contra la democracia y los derechos humanos en Chile. Hoy se cumplen 4 décadas de aquello y las heridas no cierran.
Hace falta una sanción ejemplar e histórica para todos quienes hicieron posible ese macabro golpe. Algunos han pedido perdón, pero a pesar de ello no se sabe dónde están miles de desaparecidos y los responsables de tantos asesinatos.
No han pedido perdón gobiernos como el de EE.UU. -que aupó este hecho-, ni los medios de comunicación que lo socaparon ni las entidades internacionales cómplices. La única aspiración de Allende fue construir el socialismo en su nación. ¡Gran delito! Por todo ello, Chile merece la mejor sociedad.