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Han pasado 12 meses para que la Corte Nacional de Justicia tome una decisión definitiva y ratifique la sentencia contra la petrolera Chevron. Como los juristas dicen, la instancia final no analiza las causas señaladas y solo ratifica si el procedimiento y la sentencia inicial contienen todos los requisitos para su legitimidad jurídica.
En otras palabras: el dictamen no tiene fallas y por lo mismo debe ejecutarse la sentencia. Sin embargo, es sabido que la petrolera no va a descansar en su propósito de no aceptar el fallo y de no pagar los daños a miles de hectáreas, decenas de personas y el inconmensurable daño a la naturaleza.
No se trata de negociar nada a favor de alguien en particular, sino de ejercer soberanía a todo nivel, bajo el estricto cumplimiento de nuestras leyes.