Los abusos municipales son reiterativos en Guayaquil y la paciencia se está agotando. Nuestros lectores de la ciudadela Bellavista se sienten indignados, pues viven en tierra de nadie y los tratan como si fueran la última rueda del coche.
En esta extensa urbanización, ubicada entre las avenidas Barcelona, José María Velasco Ibarra, Juan León Mera y los cerros del este y oeste del sector, es posible cualquier abuso; desde la reducción de las aceras para agrandar parqueaderos de las viviendas -porque los vehículos son muy grandes- hasta un comedor callejero instalado al frente de una agencia de la ex Pacifictel, para atender la voracidad mañanera de sus cuadrilleros. La comunidad afirma que no es fácil vivir en un sector considerado zona roja por la cantidad de asaltos en el semáforo que distribuye el tráfico hacia las partes altas y bajas.
El Ministerio del Interior y la Gobernación, conscientes de la inseguridad del sector, decidieron construir una Unidad de Policía Comunitaria con todos los servicios, que será inaugurada dentro de pocos días. Pero, además, hay dos temas de inoperancia o mala fe: el primero es el de la mitad de la calle sexta y Juan León Mera, o Perimetral Este, que, aunque parezca de Ripley, no ha sido asfaltada desde hace diez años y las familias demuestran que pagan puntualmente sus impuestos prediales.
El segundo, el más abusivo, es la autorización para que vendedores informales de años viejos, que utilizaban la explanada del estadio Modelo, se instalen en el parque de la ciudadela en la avenida Velasco Ibarra y veredas de lado y lado. La ciudadanía supone que la omisión y responsabilidades son competencias del Cabildo. Por ello piden a los concejales que, para el próximo año, consideren la posibilidad de trasladar esta feria al barrio Centenario, junto a la mansión del alcalde Jaime Nebot; o en los parqueaderos de los centros comerciales de Samborondón, para saber que no existe dedicatoria ni discriminación entre los barrios de primera, segunda y tercera categoría.