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La “larga y triste noche neoliberal” dejó algunos problemas que se deben resolver sobre la base del interés público y desde la necesidad de fijar políticas de carácter nacional. Uno de esos problemas es la privatización de determinados servicios y de proyectos estratégicos.
Los puertos son de orden e importancia nacional. No son necesariamente un negocio particular. Por lo mismo, el debate alrededor de la urgencia de definir las prioridades para el desarrollo económico del país no puede circunscribirse a un asunto local o municipal.
Mucho menos pasa por cuánto interese a una empresa privada. Como lo han señalado algunos especialistas, hay que coordinar, pero -sobre todo- definir con perspectiva nacional el uso y las políticas de los puertos que están al servicio de todo el país.