Los bienes y servicios públicos básicos también incluyen a los culturales
Cuando se habla de descentralización, generalmente, se la asocia a una dimensión administrativa política, que tiene que ver únicamente con la transferencia de competencias desde el Gobierno Central hacia los municipios en materia de servicios y bienes públicos básicos, como la educación, la salud..., pero ¿y la cultura?
En primer lugar, para la mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas, la palabra descentralización estuvo, durante muchos años, fuera de su cotidianidad y, muy probablemente, la identificaban con los discursos políticos que, por diversas razones, se esgrimieron en ciertos momentos de la historia del país. Un grupo, seguramente, asociará esta palabra con el combate al centralismo, una bandera enarbolada por segmentos de la sociedad identificados con los intereses económicos que se alternaron el poder durante décadas. Otros, la vincularán con la autonomía.
Lo cierto es que con la Constitución de Montecristi se definió a la descentralización como la forma de distribución del poder en la que, para recuperar su rol, el Estado debe acercarse a los diferentes territorios del país. Esto implica asumir elementos de corresponsabilidad entre los distintos niveles administrativos en el territorio nacional.
Por lo tanto, el objetivo de la descentralización es que un ciudadano, en cualquier lugar del Ecuador que se encuentre, tenga la misma prestación de servicios y bienes públicos, incluidos los culturales, tanto por la vía del Ejecutivo como de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD).
Si bien existe un ministerio rector en el campo de la cultura, que tiene direcciones y núcleos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en cada provincia, es necesario que su política se articule con los planes de cada Municipio para que se potencien los diferentes espacios de creación artística y expresión cultural de cada localidad. La descentralización, en este punto, es solo un medio para un objetivo mayor: garantizar los derechos culturales a toda la ciudadanía.