La Feria Internacional del Libro (FIL) de Quito 2015 está por terminar. “Es la última FIL que se realiza sin Ley de Cultura”, ha dicho el ministro Guillaume Long, y queda esperar que la ley mejore la ejecución de un evento que arrastra críticas desde hace años. Aunque ahora hay quienes se quejan de la sede, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, por ser un lugar donde los pasillos se han vuelto librerías improvisadas, es necesario recalcar la importancia de saber escoger un sitio que no ha costado un centavo, que es capaz de acoger a los visitantes y que, por lo demás, está llamado —empezando por su nombre— a ser el anfitrión de este tipo de eventos.

La FIL ha sido planteada con un especial esfuerzo en la promoción de lanzamientos y conversatorios. Los eventos la dominan. Y aunque dentro de esa organización ha habido casos de invitados cuyos horarios han cambiado hasta tres veces, y aunque el cronograma oficial fue difundido apenas unos días antes de que se abrieran las puertas, lo que ofrece la feria en materia de actividades suele ser sólido. Este año, que tuvo a Chile como país invitado de honor, llegaron personajes que Ecuador necesita conocer, como el poeta Raúl Zurita, el historiador Gabriel Salazar, Graciela Huinao, poeta mapuche o la letrista y MC Ana Tijoux.

Pero hay algo que le falta a esta feria del libro, y le ha faltado en todos estos años, igual que a las que se han realizado en Guayaquil: se desarrollan con la lógica de un encuentro para vender saldos más que de una feria. Los stands discurren uno tras otro con una oferta que no varía demasiado con respecto a lo que se puede encontrar en las propias librerías, y entonces el estatus de feria empieza a tambalearse. Es testimonial la ausencia de novedades, de títulos recientes en los distintos pabellones que ocupan un espacio en la Casa de la Cultura.

Mientras tanto, que el libro siga su curso. CartóNPiedra dedica esta edición a la la literatura: desde un perfil del escritor japonés Yukio Mishima, a 45 años de que se practicara el ritual suicida del sepukku; pasando por entrevistas a escritores como el mexicano Juan Pablo Villalobos o el chileno Gabriel Salazar, historiador invitado a la FIL, hasta un sentido texto sobre la poeta Gabriela Mistral y el magisterio, a 75 años de recibir el Nobel de Literatura. (F)