Se sabe que un autor es realmente grande cuando se convierte en materia de estudio en las secundarias, cuyos grandes esfuerzos no se ubican precisamente en la literatura. Federico García Lorca es uno de esos. El poeta granadino murió hace ochenta años en una fecha que no está del todo clara: siempre se ha aceptado al 19 de agosto de 1936 como el día del deceso, pero según una de las investigaciones más recientes —que no se terminan porque sus restos no han sido encontrados—, fue la madrugada del día anterior, el 18. El autor de obras enormes como Romancero gitano o Poeta en Nueva York —harto referidas en las escuelas de Literatura— fue fusilado a inicios de la Guerra Civil Española por sus ideas políticas liberales y por «practicar la homosexualidad», cosas de las que bien pueden dar cuenta sus versos.

Del mismo modo en que el paradero de sus restos está aún por ubicar, siempre queda algo por descubrir en la vida y la obra de Lorca. Por ejemplo, que no solo era un hombre de letras. De hecho, antes de empezar a escribir su poesía y sus obras de teatro, había desarrollado un talento musical que se truncó tras la muerte de su maestro, como nos recuerda Yuliana Marcillo en su perfil al autor de Poeta en Nueva York. Pero también se dedicaba al dibujo. Paquito Valdivieso nos explica que los trazos que el español fue esbozando a lo largo de su vida —y que en ocasiones sirvieron para ilustrar sus libros— no deberían ser analizados como una obra totalmente distinta a su poesía, pues en ambas se pueden rastrear evoluciones paralelas.

Las imágenes en sus poemas son de una posibilidad infinita, aunque había ahí cierta predilección por hacer representaciones sobre la muerte, como nos cuenta Javier Carrera. Aquella fijación, nos recuerda el bibliotecario César Chávez, resultó profética: en ‘Muerte de Antoñito el Camborio’, el autor de Llanto por Ignacio Sánchez Mejías hizo una descripción exacta del fusilamiento que acabaría con su vida, y con el mismo autor: la Guardia Civil española.

Hoy, CartóNPiedra es un tributo a García Lorca.