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EE.UU. quiere anular la historia y la cultura de Siria para colocar las suyas
“¿Podría describir el dilema de ser ganador del Premio Nobel de la Paz mientras prepara un ataque a Siria?”, fue la pregunta que una reportera le hizo al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en una conferencia de prensa que dio junto con el primer ministro de Suecia, Frederik Reinfeldt, a lo que Obama respondió que “la responsabilidad moral es no quedarse con los brazos cruzados” cuando cree (sin pruebas todavía) que el régimen de Bashar al-Assad utilizó armas químicas que le costaron la vida a decenas de personas.
“Lo que han señalado algunos analistas, como Atilio Borón, es que el gobierno de los EE.UU. utliza este aparente suceso como excusa para intervenir a Siria, lo mismo que hizo con Irak, cuando aseveró que tenía todo un arsenal de armas...”El presunto uso de armas químicas por parte de Assad no es un hecho confirmado, y lo que han señalado algunos analistas, como Atilio Borón, es que el gobierno de los Estados Unidos utiliza este aparente suceso como una excusa para intervenir a Siria, lo mismo que hizo con Irak, cuando aseveró que ese país tenía todo un arsenal de armas de destrucción masiva (y ya sabemos las consecuencias que ocasionó toda esta disputa).
A su vez, y como apunta Ángel Guerra Cabrera, periodista cubano residente en México, el país del norte siempre utiliza los mismos mecanismos de justificación para ocupar territorios “sensibles” geopolíticamente. “Recuerden el ya lejano incidente del golfo de Tonkin, patraña utilizada por Washington para iniciar la guerra contra el Vietnam heroico”, afirma Guerra Cabrera.
Lo de fondo es que para EE.UU. el otro no existe. Por eso quiere instaurar su cultura en territorios que no están adscritos a su lógica mercantil y para contar con fuentes energéticas. No hay una sola justificación que explique por qué quiere tener Irak, Siria, Irán, Libia y otros países bajo su dominio. La única es esa abusiva, arrogante y criminal hegemonía para imponer su modelo de vida, creencias y mecanismos de dominio.
De ahí que lo que ocurre contra Siria solo es un atentado contra la cultura y contra el destino de los pueblos en su devenir histórico.