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Usuarios de los mercados denuncian inseguridades
La seguridad en los mercados del centro y sur del país son el ‘talón de Aquiles’ de las administraciones municipales. Las denuncias de robos, asaltos, microtráfico y alcoholismo son a diario, pese a los controles que ejercen las instituciones.
En Cuenca, el mercado de El Arenal, donde confluyen más de 3 mil comerciantes cada día, es uno de los que más problemas registra en cuanto a seguridad.
Este centro de abastos está situado en la parte suroeste de la ciudad. Según las amas de casa, el peligro de que sus pertenencias sean robadas es de todos los días.
“A este mercado le falta mayor control”, dijo Carmen Navarro mientras realizaba algunas compras para llevar a su hogar. En este sitio no es una sorpresa que el microtráfico esté a vista y paciencia de muchos de los que llegan al lugar.
“La marihuana se fuma tras los vehículos que están estacionados en los alrededores y todos conocen esta situación pero nadie hace nada”, dijo, de su parte José, un vendedor del mercado que no quiso mencionar su apellido por seguridad.
Para Nino Vintimilla, director de los mercados, los centros de abasto son monitoreados permanentemente por el Consejo de Seguridad Ciudadana (CSC), para garantizar que las amas de casa lleguen a este sitio y compren con seguridad.
En tanto, Rómulo Montalvo, director del CSC, indicó que en los mercados de Cuenca se han instalado 108 botones de seguridad para disminuir la delincuencia, aspecto que se ha logrado con el apoyo de los comerciantes.
“Solo en el sector de El Arenal se han ubicado 78 botones en su primera fase”, manifestó la autoridad.
Según Montalvo, en los próximos días se instalarán cinco cámaras de videovigilancia que estarán conectadas directamente con el Consejo de Seguridad, “de esta forma daremos seguridad”, indicó, agregando que el trabajo se extiende a todos los mercados de la ciudad.
El centro de abastos 9 de Octubre también tiene sus implicaciones. El microtráfico ha invadido el sitio, pese a los controles de la Policía y de la Municipalidad.
En el mercado 10 de Agosto disminuyó esta situación en los últimos años con la regeneración del lugar, que ahora es visitado por turistas nacionales y extranjeros que llegan a Cuenca.
Machala no se aleja de esta realidad
Alrededor de 1.700 vendedores informales ocupan 20 cuadras del casco central de Machala, expendiendo productos que van desde prendas de vestir hasta legumbres.
El caos se da a pocos metros del edificio municipal. En las calles Pasaje y Juan Montalvo se expenden legumbres, embutidos, frutas, carnes; mientras que en las calles Olmedo, Guayas y 9 de Mayo lo que más se vende son prendas de vestir.
En estas últimas avenidas los vendedores informales se incrementaron en el último año y ocupan la totalidad de la vía, bloqueando la circulación. Justamente esto es aprovechado por los delincuentes que lo utilizan como refugio o para perderse entre la multitud porque saben que la Policía no puede entrar con sus vehículos en el denominado Mercado Central.
“Esto se ha convertido en guarida de ladrones; desde las 18:00 se ponen a rondar por los alrededores del mercado en busca de víctimas a quien robar. Ya hemos denunciado a la Policía y pese a que dan más patrullajes los ladrones logran evadirlos”, dijo María Ochoa, quien tiene un puesto de legumbres en las calles Juan Montalvo y Pasaje.
La semana pasada un sujeto fue capturado por los comerciantes, acusado de haberle robado el celular a una estudiante que cruzaba el mercado. “Usted venga cuando va a oscurecer, los ladrones proliferan, además hay mujeres de la vida fácil que pasan en las esquinas, lo cual empeora la situación, pues ellas siempre están acompañadas de gente violenta ”, dijo Ochoa.
En el centro del país también hay problemas
Si bien en Ambato la presencia de vendedores ambulantes también ha sido aprovechada por delincuentes para hacer sus fechorías, especialmente en las calles Tomás Sevilla y Cuenca, el ambiente era hasta hace poco distinto al interior de los diferentes mercados de la ciudad.
Esta situación cambió drásticamente el pasado 11 de mayo cuando una gresca multitudinaria en los alrededores del Centro Comercial Popular Artesanal, en el casco urbano, alarmó a autoridades, agentes policiales, comerciantes y ciudadanía en general.
Pese a que el parte policial no especifica nombres de los responsables de las agresiones ni participantes del enfrentamiento, versiones de testigos del hecho señalan que se trató de una pelea entre dos familias que laboran en el Centro Comercial Popular Artesanal.
“Al parecer los agresores y agredidos estuvieron en una audiencia en la Fiscalía; tras la diligencia se habrían trasladado al mercado y en la puerta de este se originó una fuerte pero sobre todo multitudinaria riña en la que se usaron palos, piedras y fierros”, relató una comerciante que prefirió no identificarse.
En vídeos y fotografías que se viralizaron en las redes sociales se observa a una mujer herida y grupos de personas insultándose; no obstante no existen denuncias sobre estos hechos ni nombres de los responsables de las agresiones.
Jonathan Álvarez, director municipal de servicios públicos, destacó la importancia de los sistemas de videovigilancia y guardianía a fin de determinar responsabilidad.
“Cada centro de expendio de la red de plazas y mercado de Ambato cuenta con cámaras de video con las que se vigila de forma permanente el orden y la seguridad; en el caso particular del mercado artesanal existen once, casi todas operativas. Lastimosamente, no tenemos evidencias de que estas agresiones hayan iniciado al interior del centro de expendio y menos que los involucrados sean comerciantes del mismo, por lo cual no se ha podido sancionar de manera administrativa a nadie”, dijo.
Los sistemas de filmación también están activos en los Centros Comerciales Populares: Central, Simón Bolívar, Modelo, Plaza Cívica Urbina, Mercado América, Mercado Colón, entre otros.
En los alrededores de este último, ubicado en el centro-norte de Ambato, con frecuencia son asaltados transeúntes y compradores.
“Pese a que el mercado fue remodelado hace poco, la inseguridad persiste en el sector. En parte esto ocurre porque los comerciantes informales invaden cada lunes y domingos, días de feria, las estrechas calles; y en medio del tumulto se asalta, arrancha y sustraen las pertenencias de los peatones pero además se hurtan los accesorios de los vehículos estacionados en las cercanías”, señala Marta Lozano, comerciante. (I)