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Los servicios funerales en Daule llevan el sello Tutivén
Las seis funerarias Tutivén lideran el mercado en Daule. Se trata de un negocio familiar que fue fundado por Lorenzo Tutivén y su abuelo, Víctor Tutivén Martínez, en 1965.
Ese año solo existían dos funerarias, una de Pedro Barzola, y otra de Sabino Pilaló. Como ambas no se alcanzaban para la población, abuelo y nieto invirtieron en el negocio.
Según Lorenzo Tutivén, cuando comenzaron fue una época muy dura porque no se contaba con las herramientas necesarias para elaborar los cofres mortuorios. “Se tenía que pasar el cepillo de mano que le llamaban el ‘bilabarquín’ porque sacaba toda la madera más gruesa. Luego venía el cepillo”.
Muchas veces trabajaron las cajas en un barrio de Guayaquil del cual no recuerdan el nombre. Los primeros cofres no eran laqueados, solo forrados de tela de color negro o plomo, si eran para adultos, y de blanco si eran para niños.
Cuenta Tutivén que durante los primeros años de la década del sesenta hubo niños muertos por epidemias de sarampión y viruela. “No llegaban las vacunas y cuando alguien contraía la enfermedad era nefasto en todo el pueblo. Otro mal que se llevó a muchas personas a inicios de la década de los setenta fue el tétano”.
Crecer junto a sus abuelos hizo que Lorenzo aprendiera todo sobre el negocio. Recuerda que al terminar un ataúd tenía que arreglarlo y decorarlo por dentro. Y no solo eso, pues como no tenía vehículo para movilizar todo lo que implica una funeraria, llegaba a la casa del difunto cargando en hombros la caja. “Si era en recintos lejanos viajábamos en canoa”.
Tutivén sabe cómo armar una caja. Conoce todo el procedimiento y también la transformación de los materiales que se utilizan.
Los Tutivén tienen una trayectoria muy amplia en el negocio. Ahora los hijos de Lorenzo -Flavio y Eugenio- también tienen funerarias. Ellos, junto con sus primos, los Tutivén Cruz y Tutivén Chalá, abarcan el 90% del negocio en el cantón.
Eugenio Tutivén tiene 13 años con su funeraria en la parroquia Los Lojas, donde se inició con pocos clientes. “Un comerciante gana confianza cuando demuestra que es responsable. Yo solo vine a ratificar que el servicio que prestamos los Tutivén es de calidad. Como microempresarios no nos podemos dar el lujo de no cumplir nuestros contratos. Tenemos una marca y un nombre en nuestro cantón”. (I)