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El Telégrafo
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Habitantes de Tonsupa y Atacames duermen afuera de sus hogares

Habitantes de Esmeraldas pasan la noche en carpas y en sitios seguros.
Habitantes de Esmeraldas pasan la noche en carpas y en sitios seguros.
Álvaro Pérez / EL TELÉGRAFO
20 de diciembre de 2016 - 08:54 - Wilmer Torres, enviado especial a Esmeraldas

Regularmente, a las 18:00 arranca la rumba en Tonsupa y Atacames (Esmeraldas). Ya son las 20:15 y la actividad no parece iniciar.

Hoteleros, comerciantes y dueños de locales de diversión saben que la Navidad y el fin de año no llegarán, pues luego de los sismos de la madrugada del pasado lunes, la zozobra, el susto y la resignación invadieron cada uno de los paraderos y rincones turísticos. Los visitantes ya no recorren los malecones, más bien, junto con sus familias van a las dos zonas más seguras de Tonsupa ante un posible tsunami: Taseche y Grito del Serrano.

En las calles hay bulla, pero no de fiesta, sino de dolor. Ahí los afectados buscan el mejor sitio para descansar y cuidar sus enseres, ya que temen ser víctimas de asaltos y robos.

En las cabañas de Atacames, a lo lejos, suena la canción del Grupo Niche, 'Cali Pachanguero'. Para Christian Rendón, administrador de una covacha, esa canción pone a bailar hasta a los más aburridos. Esta vez nadie la bailó. En medio tema, apagó el disco móvil y decidió cerrar.

En ese escenario que no es estresante, ruidoso y comercial como cualquier día de la semana, ya resaltan las decoraciones de cada covacha y se deja sentir la refrescante brisa del mar.

Rendón, quien maneja el bar Caída del Sol, recuerda que el anterior lunes, a las 20:30, tenía, al menos, 60 clientes. Cree que los planes para Navidad y fin de año terminaron, pues se preparaban para recibir los feriados con promociones y “buena rumba”.

Los hoteles lucen vacíos al igual que los restaurantes, negocios que han disminuido hasta en un 75% sus ingresos económicos.

Gabriel Loor, de 24 años, conductor de una mototaxi, mira con resignación el poco movimiento en Atacames. Sus ingresos se basaban en las rutas que cumplía desde y hacia Tonsupa. “$ 0,50 costaba el servicio de taxi por persona”, apunta.

Antes de adentrarse en el corazón de Atacames, Iván Giler, de 48 años, sacó un par de esteras y unas almohadas de una de las 21 habitaciones de su hotel llamado Seaquarium, pues en el último piso tiene una piscina.

Durante el seísmo, el hotel no tenía clientes. Reconoce que el negocio bajó considerablemente desde el 16 de abril. Tras el último movimiento telúrico fuerte, dice, preparó varias promociones para promover al hotel, como descuentos, principalmente.

Allí en su hotel vive con su esposa, su primo y su hermano. Cuando empezó a moverse el edificio de 5 pisos, primero pensó que el predio se vendría bajo, ya que escuchó un fuerte sonido, producto de la caída de un televisor.

El inmueble sufrió daños en paredes y mampostería. “Haremos turnos con mi hermano y mi primo para cuidar que nadie entre al hotel, que está completamente vacío y aparentemente abandonado”.

El hotel Márquez, considerado el mejor de Atacames, también está afectado. Algunos empleados consideran que ese negocio es un símbolo en Esmeraldas. “Hay daños en la fachada, nos toca trabajar duro”, comentó uno de los empleados.

Policías vigilan las calles con la ayuda de motos y patrullas. Uno de ellos gesticula: "Body, evitamos que haya saqueos en la madrugada del lunes”.

Por ejemplo, José Chanaluiza, más conocido como 'Trampolín', perdió una pared de su casa. Dice que el miércoles empezará a reconstruirla. A su costado está Luis, el popular 'Corazón', debido a supuesta fama para conquistar. Él comenta que su mamá tiene una fractura de hombro, pues una viga de madera le cayó, afectando parte de su tórax.

Pasa la noche, son las 21:25, los damnificados siguen avanzando hasta las partes altas de la parroquia como Taseche. Algunos prefieren quedarse en las estribaciones como el barrio Rey David, un lugar que se volvió popular para que cientos de personas descansen y al menos evitar los riesgos de un posible tsunami.

En una cancha de cemento, al menos 20 familias descansan allí. Instalaron sus colchones, toldos y kits de seguridad y se quedarán durante la noche, hasta que las autoridades inspeccionen sus viviendas que resultaron afectadas.

A las 06:00, cada familia regresa a sus hogares para hacer vigilia hasta que lleguen los funcionarios municipales y de gobierno.

Fabricio Arroyo junto con su esposa e hijos llevaron lo necesario para una emergencia: productos comestibles, agua, linterna y un botiquín. Para matar la noche, como él dice, saca temas hasta debajo de la tierra. En ese lugar están instalados moradores de Villa Rica y Rey David, dos de los barrios más afectados de Tonsupa.

En cambio, los niños, como Josué, Francesca y Matilde, juegan con una pelota de plástico. No conocen las consecuencias de un movimiento telúrico, por ahora les importa hacer un gol.

Conforme avanza la noche, la conversación se vuelve más amena, especialmente para los visitantes. Leonardo Patricia, de 32 años, sabe que perdió $ 800 utilizados para comprar la infraestructura para un negocio de comida de mar. “Ahora todo está destruido”, sostiene.

Otra de las zonas donde han ido en la noche los moradores es la loma del Grito del Serrano, en donde inicia la playa de la parroquia. Los moradores reconocen que el anterior alcalde (Freddy Saldarriaga) prometió que iba a construir un mirador, pero al momento la obra no se ha concretado.

Es común a esa hora de la noche, en ambos destinos seguros, ver a conductores en motos y camionetas subir para refugiarse, hasta que los primeros rayos del sol iluminen esos sectores.

En el sector de Rey David se sitúa uno de los albergues que promovió el Gobierno. El presidente Rafael Correa, luego de su visita en Atacames el pasado lunes, solicitó que se ubiquen albergues. Eso motivó a que miembros de la Policía Nacional, Gestión de Riesgos, los militares, el MIES y el Ministerio de Salud aumenten sus estándares de eficacia e instalen en pocas horas un albergue para recibir al menos 250 familias.

Está previsto que el martes se instale un gran comedor, baños públicos y sistema de alcantarillado.

Susana Dueñas, secretaria nacional de Gestión de Riesgos, lideró hasta altas horas de la noche del lunes los trabajos para instalar el albergue en Rey David. (I)

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