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El Telégrafo
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Anteriormente este manabita evitó que varias personas se ahoguen en Santa Marianita y el Murciélago

Bryan no midió el peligro y rescató a una mujer en una casa desplomada

El manabita Bryan Intriago ingresó a la casa colapsada que se observa en la foto. Sin nada que lo alumbre llegó hasta el sitio donde había una mujer atrapada.
El manabita Bryan Intriago ingresó a la casa colapsada que se observa en la foto. Sin nada que lo alumbre llegó hasta el sitio donde había una mujer atrapada.
Foto: Rodolfo Párraga/El Telégrafo
02 de mayo de 2016 - 00:00 - Vivian Zambrano

La adrenalina fluyó de forma muy intensa en Bryan Intriago Valdivieso (26 años). Lo sintió hace unas pocas semanas cuando hizo algo inexplicable para él. Le pasó el 16 de abril día del terremoto.

En la oscuridad de la noche donde solo la luna alumbraba su camino sacó a una mujer de una edificación que se desplomó en la avenida 4 de Noviembre, de Manta entre la empresa Hielo Polar y el complejo deportivo Manos Unidas. La afectada quedó en un cuarto del tercer piso, llena de miedo y sin saber para dónde ir.

Esa noche Bryan estaba en su casa, ubicada en la ciudadela Rocafuerte cuando ocurrió el sismo. Se acordó que 2 de sus hermanas vivían al lado de esa vivienda colapsada. Comenzó a correr entre los vehículos que zigzagueaban en una ciudad en tinieblas. Llegó y comprobó que sus familiares estaban a buen recaudo, pues habían salido de la edificación. Entonces fue cuando sus hermanas le dijeron que escuchara que una mujer estaba gritando.

Pedía que la auxiliaran antes de que se desplomara el pequeño espacio que quedaba del domicilio derrumbado. “El grito era desesperante. Antes de subir le dije que se calmara para poder acceder con cuidado. Todo estaba en ruinas”, aseguró.

La mujer en el momento del terremoto estaba sola. Quiso correr a la sala porque aparentemente era más seguro, pero esa parte se hundió inmediatamente. Eso le provocó más pánico.

Con el cuerpo encogido, Bryan comenzó a ingresar a lo que había sido un edificio de 4 pisos. “Estaba inclinado, las baldosas se rompieron y todo crujía. Subí con zapatillas, pero luego tuve que quitármelas porque me resbalaba”, cuenta.

Del cuarto a lo que fue la sala había una separación bastante grande y cada que el suelo temblaba iba cediendo más la estructura. “Entonces fue cuando le dije a la mujer que me pasara las tablas de la cama para poderla cruzar, sin embargo, estas no alcanzaban porque la separación entre losa y losa era amplia. Era un caos no había que perder el tiempo. Tuve que brincar donde estaba ella”.

La mujer, llamada Maritza temblaba. “Yo trataba de hacerle bromas para que se tranquilizara, le decía que me prestara unos zapatos para no resbalarme así fueran de tacos, le dije eso para que se riera, pero nada. Estaba asustada”, sostuvo.

Bryan se lanzó a un riel y al ver que lo aguantó le dijo a ella que se tirara y lo hizo. Tuvo que cogerla del hombro y amortiguó el zinc. Una vez que estaba junto a mí repasé por dónde había ingresado para bajarla, pero las réplicas había hecho caer otras estructuras; tuve que improvisar una salida a lo que llegamos abajo”.

Las hermanas del joven le pedían que por favor las llevara ya a su casa en la ciudadela Rocafuerte, porque todo estaba temblando fuerte.

Al siguiente día Bryan quiso ver ante la luz del canicular sol cómo estaba la vivienda que escaló. Lo hizo al lado de la mujer que rescató. Ninguno creía que salieron con vida de allí, porque todo estaba derrumbado.

“Ella, en la noche del rescate dio gracias, pero al siguiente día me dio un abrazo muy fuerte por haberla sacado del lugar en que quedó”. La mujer salvada ahora está en Quito. Su cuñado César Bailón dijo que quedó muy nerviosa por lo sucedido en la provincia y al sur de Esmeraldas.

Los vecinos de ella califican que el joven es un héroe más de la ciudad, como tantos que sin pensar que arriesgaban su existencia salvaron otras vidas. La sacó del sitio en menos de 10 minutos.

Bryan cree que siempre ha sentido una fuerza especial en su cuerpo. Sobre todo en el deporte, ya que ha sido campeón internacional de taekwondo y desde hace 4 años es profesor de esta disciplina en su academia ubicada en su actual residencia. Practica también kick boxing y enseña defensa personal.

El joven lleva sus pensamientos al pasado y rememora que ya ha salvado otras vidas.

En el mar lo hizo en 2 ocasiones, cuando sacó a personas que estuvieron a punto de ahogarse. “En Santa Marianita cuando yo tenía 16 años saqué a flote a 2 niños; luego, después de años, hice lo mismo en El Murciélago, cuando a unos turistas de la Sierra los atrapó una resaca. Saqué a una señora”.

Muy atento y maduro en su manera de pensar, Bryan contó que él quiso ir a ayudar a los rescatistas a sacar a sobrevivientes entre los escombros que dejó el terremoto, pero por el riesgo sus hermanos se lo impidieron. Lo iba a hacer porque cree que “aunque en momentos no se acuerde de Dios, el Todopoderoso siempre lo protege y es quien ilumina para que salga bien en sus tareas”.

“Yo siempre he querido ser importante para alguien, luego de la muerte de mis padres. He querido servir y he pensado en ser rescatista del Cuerpo de Bomberos pero creo que por la edad que tengo ya no me permiten… espero que sí”.

Asegura que tiene el temple para serlo, incluso alguna vez quiso pertenecer al Grupo de Intervención y Rescate (GIR) por toda la labor que realizan estos especialistas, pero no concretó ese sueño. (I)

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