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El 88,7% de los incidentes de este año corresponden a inundaciones, plagas, sequía y enfermedades

Más de 72 mil agricultores han asegurado sus cultivos este año

Son beneficiarios del seguro agrícola, pequeños y medianos productores de arroz (foto), banano, cacao, café, caña de azúcar, cebada, fréjol, haba, maíz, entre otros. Foto: Cortesía
Son beneficiarios del seguro agrícola, pequeños y medianos productores de arroz (foto), banano, cacao, café, caña de azúcar, cebada, fréjol, haba, maíz, entre otros. Foto: Cortesía
02 de octubre de 2015 - 00:00 - Redacción Economía

Debido a un exceso de humedad del terreno, Elvia Narcisa Haro perdió 5 hectáreas de quinua que sembró en la parroquia El Sagrario del cantón Cotacachi, en la provincia de Imbabura.

Haro tenía asegurada su producción en el Proyecto AgroSeguro, que ejecuta el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap), por lo que recibió una indemnización de $ 1.125.

Del mismo modo, el papicultor José Isael López sufrió una pérdida  en su cultivo sembrado en la parroquia Presidente Urbina, cantón Píllaro, provincia de Tungurahua.

López, agricultor que también se dedica a la siembra y cultivo de maíz, recibió $ 1.200 por la media hectárea de papas que fue afectada por la sequía. “En el campo es muy duro subsistir, y perder todo, no es justo, por lo que este beneficio nos permite volver a trabajar, volver a producir”, dice López, quien con el dinero que recibió sembró maíz, cuyo cultivo también lo aseguró.

Elvia y José son parte de los 72.062 asegurados entre enero y agosto por el Ministerio de Agricultura, a través de su Proyecto AgroSeguro, que protege un total de 261.265,30 hectáreas en todo el país.

Subsidio del Gobierno

El Proyecto AgroSeguro incorpora un mecanismo de subsidio al seguro agrícola y al ganadero otorgado por  el Gobierno, para apoyar a pequeños y medianos productores del país que sean afectados por fenómenos climáticos y biológicos, que ocasionan pérdidas a sus cultivos. En el caso del seguro ganadero, se indemniza la muerte por accidente, enfermedades y sacrificio forzoso del ganado bovino.

Consiste en adquirir, por parte del productor agrícola o ganadero, una póliza de seguro que cubre sus costos directos de inversión, en las hectáreas sembradas, o el valor comercial del hato ganadero. Para el efecto, el Magap subvenciona el 60% del costo del seguro, mientras que el 40% más impuestos lo cubre el productor. En lo que va de este año con respecto al seguro agrícola, el Estado ha entregado $ 8’423.512 en subsidios.

Son beneficiarios del seguro agrícola, pequeños y medianos productores de arroz, banano, cacao, café, caña de azúcar, cebada, fréjol, haba, maíz duro, maíz suave, papa, plátano, quinua, soya, tomate de árbol, trigo.

Desde el año 2010, cuando comenzó a regir el seguro agrícola, el Magap ha entregado 190.345 pólizas, lo que representa el aseguramiento de 715.220,72 hectáreas y la entrega de $ 22’471.513 millones en subsidios.

El seguro agrícola -que cubre siniestros como sequía, helada, factores climáticos, plagas incontrolables- permite a los productores recuperar los costos directos de inversión en los cultivos afectados, mejorar la estabilidad económica y contribuir con la Soberanía Alimentaria del país.

Los agricultores deben cumplir con los siguientes requisitos: solicitud de seguro y acreditación como beneficiario del Magap; cultivar productos determinados por el proyecto; declarar los costos directos de producción y la ubicación geográfica del cultivo; cédula de ciudadanía y papeleta de votación.

El ganado también está asegurado

El seguro ganadero inició sus operaciones en mayo de este año, y asegura las reses vinculadas al Proyecto de Ganadería Sostenible para el Mejoramiento Genético y Repoblamiento del Hato Nacional, mediante créditos otorgados por el Banco Nacional de Fomento (BNF).

El Seguro Ganadero, protege la inversión realizada por el productor en la conformación de su ganadería; la reposición de animales evitando el desequilibrio de la producción y productividad del hato ganadero, además de mantener la estabilidad económica del productor.

El ganadero interesado debe presentar una solicitud de seguro y acreditación como beneficiario del Magap; ser productor de las especies ganaderas determinadas por el proyecto; declarar el valor comercial de los animales por adquirir o existentes en el hato; señalar la ubicación geográfica del predio; así como presentar la cédula de ciudadanía y papeleta de votación.

En total, en el país se entregaron 225 pólizas para asegurar 1.277 animales; mientras que el 60% del costo del seguro entregado por el Estado asciende a 95.784 dólares.

Los seguros pueden ser adquiridos en: BanCodesarrollo; Banco Nacional de Fomento; Banco de Loja; Cooperativa de Ahorro y Crédito El Cafetal (Los Ríos); Ecuaquímica; Programas, Proyectos, Entidades Adscritas y Direcciones Provinciales del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca; Unidad Nacional de Almacenamiento E.P.; y próximamente en BanEcuador.

El trámite dura unos 15 días

En lo que va de este año se han afectado el 13,45% de hectáreas aseguradas; es decir 35.156,33 hectáreas pertenecientes a 6.618 pólizas de seguro agrícola con indemnizaciones por un total de $ 7’020.633.

Paulina Silva, gerente del Proyecto AgroSeguro, precisa que en este año, el 88,7% de los incidentes presentados corresponden a inundaciones, plagas, sequía y enfermedades.

Luis David Solís, agricultor de San Francisco, La Matriz, en Tisaleo, provincia de Tungurahua, considera que el seguro agrícola es una “buena alternativa” para mantener la producción en el país.

Añade  que aseguró dos hectáreas de maíz suave que fueron afectadas por la helada y la sequía. “Puse en conocimiento que fue afectado mi cultivo, y después de unos 15 días salieron a visitar junto con el técnico de la aseguradora; rodearon el cultivo y redactaron un informe que firmé; después de un tiempo me llamaron para recibir la indemnización por el cultivo asegurado”, explica.

Solís afirma que la ventaja del seguro agrícola es proteger la inversión que se hace: “Lo que invertí recuperé, y me sirve para volver a invertir”. (I)

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