La industria farmacéutica ecuatoriana ha tenido un importante desarrollo en los últimos años, sin embargo no termina de consolidarse en el mercado local donde apenas capta el 24% de la demanda. Este porcentaje de participación, según Renato Carló, presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos (AlFE), es uno de los más bajos en comparación a otros países de la región, cuya industria CUBREa un 50% e incluso 70% de la demanda.

El camino parece cuesta arriba y con 2 retos principales, que son: incrementar la producción y sustituir importaciones que actualmente alcanzan los $ 1.000 millones al año. “Ese fue un compromiso del Presidente, pero lamentablemente no se ha logrado ejecutar”, dijo Carló.

El titular de ALFE se refirió a la fijación de precios como una de las causas para que el sector no alcance el crecimiento ideal, pues es lo que mantiene congelados los costos al público de las medicinas hace 14 años, y “como cualquier empresa necesitamos una rentabilidad para poder crecer y flexibilidad para sustituir esas importaciones lo más pronto posible”.

Por otro lado, el uso de la capacidad instalada de los laboratorios, alcanza solo un 40%.

Byron Proaño, viceministro de Industrias y Productividad, se lo atribuye al libre mercado que ha hecho que -por economía de escala- lleguen al país los productos importados a bajo precio y no permita mayor crecimiento a la producción local. El funcionario hizo estas puntualizaciones durante la inauguración de la Feria y Simposio Farmacéutico que concluyó el viernes en el Centro de Convenciones de Guayaquil y cuyo objetivo fue reunir a productores, proveedores y compradores de la industria para fomentar cadenas productivas.

Una de las estrategias que el Ministerio de Industrias tiene en agenda  apunta a la participación de los laboratorios locales en  compras públicas, considerando que estas mueven alrededor de $ 400 millones, lo que sumado a los $ 1.500 millones que moviliza el sector, configura una buena oportunidad.

No obstante, Oswaldo Torres, gerente institucional de Oxialfarm, uno de los laboratorios locales que produce antirretrovirales para el tratamiento del VIH, no se muestra tan confiado en el tema, pues consideró que no se está aplicando la preferencia del fármaco local durante los procesos de compra. “Se quiere hacer un cambio en la matriz productiva y las empresas hacemos inversiones, pero al momento de vender al Estado se está saltando esas preferencias”, aseguró.

Estos medicamentos tienen precios que van de $ 1,20 a $ 18 por comprimido. Oxialfarm produce 500 mil unidades al mes.

Aun así, el viceministro Proaño confía en que si se doblara la producción, con la misma inversión que tienen los laboratorios actualmente se podría llegar a cubrir hasta los $ 900 millones de la demanda nacional. “Nos hemos encontrado con empresas sólidas, con alta tecnología y buenos procesos de manufactura”, expresó Proaño.

Debora Mora, representante de laboratorios Rocnarf, aseguró que la firma es una muestra del desarrollo de la farmacéutica local. “Tenemos analgésicos, antibióticos, lineas cardiovasculares y una amplia gama a precios económicos en el mercado, con una relación de casi un 50% de costo”, señaló.

La empresa actualmente factura $ 2 millones al mes y ha crecido en un promedio de 10% al 15% anual, y según Mora, está en capacidad de crecer en al menos el 30% como parte de este proceso que impulsa el Gobierno. Pero del resultado del plan no solo se beneficiarán los laboratorios, sino también las industrias conexas.

El interés principal de Roque Guarderas, gerente de la fábrica de envases Los Cocos, es establecer nuevos negocios que le permitan crecer al suyo. Esta empresa produce más de 1 millón de envases al mes, aunque todavía debe importar insumos como válvulas que no se fabrican localmente y cuyos moldes cuestan hasta $ 500 mil. Si bien admite que el mercado es pequeño, no descarta una inversión a futuro.

DATOS

El proceso de sustitución de importaciones que inició este año, ha conseguido importantes logros en el sector metalmecánico, afirmó el viceministro de Industrias y Productividad, Byron Proaño, pues las importaciones se redujeron por alrededor de $ 300 millones.

Según el funcionario, no solo se dejó de importar sino que se empezó a producir localmente bienes de capital como cables coaxiales y ciertas partes de equipos como ascensores, entre los que se incluyen las cabinas, generadores eléctricos, estructuras metálicas, entre otros.

En el tema del sector automotriz, reiteró que el reto es lograr la producción de motores en el país y que se tiene prevista la prueba piloto de este proyecto para el 2017. “Las ensambladoras de a poco están incorporando mayor componente local”, aseguró Proaño.