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La investigación y evaluación pesquera de las especies marinas permiten su conservación

El INP desarrollará un manual de armado y operatividad de las principales artes de pesca

El proyecto del INP beneficiará directamente a pescadores artesanales y trabajadores de la flota industrial pesquera. Foto: Archivo / El Telégrafo
El proyecto del INP beneficiará directamente a pescadores artesanales y trabajadores de la flota industrial pesquera. Foto: Archivo / El Telégrafo
26 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Economía

Claudio Cedeño Paz es un pescador artesanal de 62 años. Está casado con Rita Villavicencio Bravo y es padre de Claudio, Yidani y Stalin. Vive en el barrio Perpetuo Socorro, de la ciudad de Manta, provincia de Manabí.

Claudio no pertenece a ninguna asociación pesquera del sector, pero recuerda que desde los 6 años navegaba en el mar, junto con su padre, José Francisco Cedeño, quien era timonel de barcos pesqueros, así como con su abuelo, José.

Cedeño dijo que ha dedicado toda su vida a esta actividad y, a pesar de no contar con los suficientes recursos económicos que demanda, la pesca ha sido el sustento económico para su familia.

Ahora, junto a su hermano y yerno, Cedeño realiza sus faenas de pesca a partir de las 17:00 y termina a las 08:00 del siguiente día. En temporada baja lo hacen 3 veces a la semana, y en días buenos la actividad es más frecuente.

El pescador añade que las artes de pesca que utiliza son el trasmallo flotante, trasmallo de fondo y espinel de fondo.

Explica que el trasmallo flotante le permite capturar recursos pesqueros conocidos como pelágicos (los que se encuentran en la superficie del mar) tales como: picudo, dorado, sardina, bonito sierra, bonito atún, bonito pata seca, atunes, pez espada y wahoo.

En otras temporadas puede capturar la botellita, caballita o macarela, sardinas, entre otros.

Cedeño indica que con el espinel y trasmallo de fondo capturan peces demersales (los que se encuentran en aguas profundas), como el cabezudo, perela, murico, pargo, corvina, camotillo, entre otros.

Agrega que la venta de estos recursos se hace por unidad. Según el tamaño, el cliente debe pagar desde 1 hasta 20 dólares los más grandes.

En sus faenas, el pescador se desplaza hasta las cuatro millas náuticas mar afuera, que aproximadamente equivalen a 7,4 kilómetros.

Acota que en su barrio, hace unos 8 años, eran 4 o 5 las personas que se dedicaban a la actividad pesquera, pero que en la actualidad ha crecido considerablemente el número de personas que trabajan en este oficio.
Investigación de los recursos

Por el incremento de la actividad y la presión sobre los recursos, el Gobierno consideró necesario generar información pesquera e hidrobiológica, que permita conocer el estado de estos recursos, así como desarrollar nuevas actividades productivas, con el propósito de generar un marco de recomendaciones para la sustentabilidad de las especies que son explotadas y luego comercializadas.

Bajo este contexto, esta labor se le encarga al Instituto Nacional de Pesca (INP), entidad adscrita al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

El Instituto, creado el 5 de diciembre de 1960, tiene como objetivo principal ofrecer servicios y asesoramiento al sector pesquero-acuícola, a través de la investigación y evaluación científico-técnica de los recursos hidrobiológicos y sus ecosistemas; así como el aseguramiento de la calidad e inocuidad, de los productos pesqueros y acuícolas en todas sus fases de producción.

Durante este tiempo, el INP ha generado información técnica relacionada a estadísticas pesqueras, artes de pesca, distribución geográfica y abundancia de especies marinas.

También ha presentado recomendaciones que sustentan las medidas de ordenamiento para las principales pesquerías (peces pelágicos pequeños, cangrejo, concha, dorado, tiburones, pepino de mar, peces de aguas continentales, entre otros).

En el  marco investigativo de este proceso, el Magap, por medio  del INP, ejecuta actualmente un proyecto de investigación de importancia para el sector pesquero ecuatoriano denominado ‘Condiciones biológicas-pesqueras y artes de pesca en la franja marino costera dentro la primera milla náutica de la costa ecuatoriana’.

Este proyecto es auspiciado por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), y  tiene como propósito establecer las condiciones biológicas-pesqueras del sector, para determinar un mejor desarrollo de las interacciones arte-recurso de las principales pesquerías realizadas. Así mismo, establece la estructura de los ecosistemas, con base en sus variables bióticas (presencia de vida) y abióticas (entorno sin vida).

Con este proyecto se beneficiará directamente a pescadores artesanales y trabajadores de la flota industrial pesquera, e indirectamente a personas que conforman las familias de pescadores, además de comerciantes y consumidores de la cadena productiva, a escala local y nacional.

Por su parte, Edwin Moncayo destaca que el Instituto Nacional de Pesca, a través de los proyectos con la Senescyt, generará informes de la caracterización de las actividades pesqueras, realizadas en la primera milla náutica del perfil costero ecuatoriano; desarrollará un manual de armado y operatividad de las principales artes de pesca utilizados; definirá la estructura de los ecosistemas; elaborará el catálogo de organismos presentes en área (peces, crustáceos y moluscos); y establecerá las zonas de crianza y desove y su relación con las condiciones físico-químicas. (I)

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