El reloj marca las 06:00 de un sábado y el camino fangoso dificulta el ingreso a la hacienda La Florida en donde están sembradas 80 hectáreas de arroz. Este sitio está ubicado en Daule.

La jornada de los nueve peones que laboran los fines de semana dentro de la hacienda comienza desde las 07:00, cuando se encienden las  cosechadoras.

“Con esta herramienta es más fácil y rápida la cosecha”, dice el agricultor Víctor Herrera, de 72 años.

Recalca que en los años 80 y 90 toda la producción se realizaba a mano, acompañada siempre de un machete.

En la actualidad las maquinarias de última tecnología realizan esta misma tarea en periodos cortos y su uso es sencillo para el personal.

Según Herrera, los trabajos realizados los sábados son variados: fumigaciones, abono, riego o mantenimiento a las maquinarias.

Heitel Lozano, presidente de la Corporación de Arroceros del Ecuador, cita otros avances tecnológicos importantes. Entre ellos está la trasplantadora mecánica, que reemplazó a la de uso manual. La reducción de costos y de tiempos llegó al 60% con este cambio.

La siembra directa también representó una innovación. Consiste en cultivar la semilla y fertilizarla con ayuda de un dispositivo. Este sistema abarca una eficiencia del 80% de producción.

Desde el último semestre del 2017 se implementa la fumigación por medio de drones en la zona norte de la provincia del Guayas y representa un salto beneficioso a la comunidad arrocera del país, comenta Lozano.

Agrega que un dron se encarga de fumigar una hectárea en siete minutos de manera uniforme y mediante una programación automática que dirige sus movimientos durante su función. Tiene una capacidad en su tanque para almacenar hasta 10 litros de productos para combatir plagas y enfermedades.

“Hace ocho meses comencé a implementar este sistema en mis cultivos. Así  ahorro  en mano de obra”.

En el tema de producción también está el sistema de nivelación con láser, que convierte un terreno irregular en un suelo uniforme. (I)