El ofrecimiento presidencial de incrementar el Bono de Desarrollo Humano (BDH) de 35 a 50 dólares mensuales tendrá como base de financiamiento las utilidades de la banca privada. “Vamos a transferir las ganancias de los bancos a los pobres, ahora que hay consenso... maravilloso... y banquero que no quiera (...) le compramos su banco y nacionalizamos la banca”, señaló textualmente el presidente Rafael Correa en uno de sus enlaces sabatinos. Pero ¿qué significa exactamente nacionalizar la banca?

Según explica un economista norteamericano, el término se ha utilizado para cubrir una variedad de resultados
muy diferentes en situaciones de crisis, pero se refiere principalmente a las tomas de poder de las diferentes firmas.

También se ha denominado como nacionalización al asistencialismo que el Gobierno de Barack Obama ofreció a las
entidades en dificultades durante la crisis financiera de los Estados Unidos. En términos más precisos, la nacionalización es un escenario donde el Estado de un país llega a administrar los activos y pasivos de una institución o de una actividad económica y sus propietarios privados pueden quedar o no indemnizados.

El termino ha sido muchas veces utilizado cuando el Estado ha tomado posesión de una empresa extranjera, como lo que ocurrió hace pocos meses cuando el gobierno argentino compró la mayoría del paquete accionario de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) a la petrolera española Repsol, o con el proceso de apropiación de la explotación de recursos no renovables que impulsa Bolivia.

Según datos de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), las 26 instituciones que operan en el país han generado ganancias por 243’787.670 dólares solamente desde enero hasta agosto de este año, por lo que hasta fin de año la cifra podría crecer y superar los 393 millones de dólares del 2011.

Para el financiamiento del incremento de 15 dolares al BDH se requiere una inversión que asciende a los 323 millones de dólares, con lo que a la banca le quedarían utilidades de alrededor de 70 millones de dólares. Esta resta demuestra que el sector sí podría financiar el incremento del BDH, en un ejercicio impositivo a la banca privada en beneficio de los sectores menos favorecidos del país.

La nacionalización ha sido un instrumento que muchas veces ha permitido impulsar el desarrollo económico de un país cuando esta ha sido utilizada como una forma de proveer a la sociedad recursos que le facilitarían dicho impulso. Algunas experiencias dan muestra no solo de generar un impulso, sino de resolver problemas estructurales.

Por eso, en el Ecuador se necesita que la propuesta de financiar esta ayuda social por medio de las utilidades de la banca privada vaya más lejos como, por ejemplo, la administración de la liquidez monetaria por parte del Estado para deshacer la relación ahorro-consumo y crear una nueva conjunción compuesta por la relación entre ahorro, inversión y matriz productiva.