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35 familias de comunas tsáchilas son beneficiadas
El bocashi recupera los cultivos en Sto. Domingo
‘Mankuapano sonkarino To’ o devolver la vida a la tierra. Ese es el lema ancestral de los abonos orgánicos. Una filosofía que sigue el producto bocashi, que utiliza Lucía Calazacón, de la comuna Tsáchila Cóngoma Grande, en sus plantas medicinales.
Plantas como el ‘elena shilí’ (bejuco medicinal), ‘wacha tsenko’ (hierba de pescado), el ‘sígueme, sígueme’, la menta, la albahaca o el ‘ajo de monte’, se usan a diario para realizar baños fríos o calientes, limpias energéticas, baños de florecimiento o de curación.
Lucía por varios años ha sido agricultora. En su propiedad siembra cacao, plátano, pimienta, maracuyá y yuca, cultivos tradicionales en Santo Domingo de los Tsáchilas. “Como productora, todos estos años utilicé químicos, fungicidas, insecticidas, pero he dañado mi tierra. Decidí ya no hacerlo”.
Ella dejó de usar químicos en la tierra hace 2 o 3 meses, y aprendió a elaborar el bocashi, con asesoramiento de los técnicos del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap). “Ellos nos enseñaron cómo hacer el abono y cómo poner en la planta. Todo lo aprendido lo apliqué en mis plantas medicinales y, sobre todo, en el plátano”, afirmó.
Contó que hace un par de meses efectuaron una minga para elaborar el bocashi, que luego fue repartido en partes iguales. Dijo que los primeros sacos los puso en las plantas de plátano, que las rejuvenecieron; luego en el maracuyá y la pimienta, después en unas pocas plantas de cacao.
Abdón Aguavil, vecino de Calazacón, también abona sus plantaciones con bocashi. “Además de abonar mis plantaciones de plátano y cacao, puse en mis plantas medicinales: la caña agria, guaviduca, la planta de hoja de tres dedos, y en el achiote, porque las uso para las limpias. El abono químico las mataba. El orgánico va más despacio, pero es saludable para la planta y para nosotros”, indicó.
Efrén Ochoa, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Cóngoma (Aprodac), organización a la que pertenecen Calazacón y Aguavil, destacó que “con este nuevo tipo de abonos orgánicos más económicos, y con el asesoramiento técnico, la producción de las tierras de nuestros socios saldrá adelante”.
La elaboración de este abono orgánico es un proyecto que ejecuta el Magap. Con la colaboración de socios de la Aprodac se elaboraron 19 toneladas de bocashi, con las cuales se abonaron cerca de 14,70 hectáreas de cacao y 15,30 hectáreas de otros cultivos, como pimienta, maracuyá, plátano, plantas medicinales y frutales.
Se han beneficiado 35 familias de los sectores San Andrés, Cóngoma Grande y comuna Tsáchila El Cóngoma, de la parroquia Luz de América; Tigre Alto, de la parroquia Santa María del Toachi; y Santa Marianita del Esfuerzo.
Proyecto se extiende a otras zonas
Carlos Ríos, técnico de la Unidad de Innovación de la Dirección Provincial Agropecuaria del Magap-Santo Domingo de los Tsáchilas- encargado del proyecto piloto, explicó: “bocashi es una palabra japonesa que significa ‘materia orgánica fermentada’, que con un adecuado manejo de humedad y temperatura, y una correcta descomposición, se convierte en un abono completo, que reactiva la microflora y microfauna del suelo, y desbloquea los nutrientes para que la planta los aproveche”.
“Con la aplicación del bocashi en los cultivos se ganan características organolépticas (color, olor, sabor y peso). Adicionalmente las plantas, por el equilibrio nutricional, adquieren resistencia y/o tolerancia a las plagas y enfermedades; además, aumenta la masa radicular, dureza de hojas y tallos, y adquieren resistencia al estrés hídrico”, afirmó.
Para elaborar el bocashi se utilizan elementos de la naturaleza, como los desechos de la cosecha, leguminosas, maleza, que se pica y se forman capas. Cada capa se enriquece con una mezcla de agua, microorganismos benéficos activados, melaza y levadura.
A esto se suman capas de tierra y estiércol, así como pequeñas cantidades de zeolita, roca fosfórica, ceniza (fuente de fósforo y repelente contra hormigas y otros insectos). Una vez establecidas las capas se mezclan y finalmente se cubren con plástico. Al término de 8 días estará listo el bocashi para que sea aplicado en cualquier tipo de plantación.
Según Oswaldo Espinosa, director Provincial Agropecuario del Magap en Santo Domingo de los Tsáchilas, “la meta trazada hasta finales de año era llegar a 20 toneladas de bocashi. A finales de este mes la misión será cumplida”.
Posteriormente se trabajará en otros sectores, como la parroquia de Santa María del Toachi, Santa Marianita y el Mirador del Baba, de la parroquia El Esfuerzo, perteneciente al cantón Santo Domingo. Mientras que, en La Concordia se llegará hasta la parroquia Monterrey, La Mocache 4, 5 y 6.
Los técnicos del Magap también capacitan a los agricultores en la reproducción de microorganismos benéficos, bioles (alternativa de fertilización natural), bacterias ácido lácticas, preparados orgánicos, como insecticidas o repelentes.
Espinosa dijo: “el bocashi da un aporte importante de minerales al suelo y, sobre todo, baja la contaminación ambiental del sector donde se aplica, porque se preserva la vida de quien lo usa”. (I)