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El Telégrafo

Derecho a la réplica

Derecho a la réplica
03 de julio de 2014 - 00:00

En la edición del día miércoles 18 de junio de 2014, diario EL TELÉGRAFO, bajo el título “Exdueños de ÍCARO traspasaron los bienes a 9 empresas propias para evitar embargos”, inicia un relato vilipendioso, sesgado y carente de verdad, razón suficiente que me obliga a solicitar el derecho a la réplica, según lo faculta el artículo 24 de la Ley Orgánica de Comunicación, y así dar mi versión de los hechos exigiendo al mismo tiempo que ésta sea reproducida de forma íntegra y no parcial.

1). Debo comenzar aclarando que ningún miembro de mi familia es o ha sido accionista de la compañía Ícaro S.A. desde su constitución en el año de 1971 hasta su disolución en el año 2011, por lo tanto conmino a diario El Telégrafo a que demuestre lo contrario tal y como lo afirma el título de la infografía. La nómina de accionistas de la compañía Ícaro está conformada por personas naturales y jurídicas, siendo el suscrito el accionista mayoritario:

a) Saltos Martínez Guido Gualberto;
b) Aeroclub Carlos Gudiño;
c) Gangotena Escudero Domingo Octavio;
d) Inversiones Alfa C.A.

2.- Referente al supuesto hecho que se “traspasaron entre 2010 y 2011 los bienes a 9 empresas para evadir responsabilidades laborales, tributarias y legales”, diario El Telégrafo sin embargo asevera que se habría “transferido” solamente a tres de las nueve empresas mencionadas. ¿Qué sucedió entonces con las otras seis?, ¿son nueve o son tres? Parecería incompleta la “investigación” realizada por ese Diario.

Adicionalmente a lo anterior y como contribución a la “investigación” realizada por diario El Telégrafo en torno a las tres empresas a las que supuestamente se habrían transferido los activos de ÍCARO, debo aclarar lo siguiente: en el año 2002 por resolución de la Junta General de Accionistas de la Compañía ÍCARO S.A., se estableció la necesidad de iniciar un proceso de escisión para así crear nuevas empresas que administrasen los distintos negocios hasta ese momento desarrollados. Es así que, en el año 2003, se constituyó la compañía AEROTRAINING S.A., cuya responsabilidad fue asumir enteramente la administración de la escuela de pilotos, mientras que la compañía AIRLIFT S.A. hizo lo propio en el año 2005 con las actividades relacionadas a los helicópteros; en cuanto a la compañía SKYWINGS S.A., ésta se constituyó en el año 2010, dentro del mismo marco descrito anteriormente. Todas las compañías fueron intervenidas y posteriormente disueltas el mismo día, en un acto sin precedentes realizado por la Superintendencia de Compañías (SC).

3.- Es oportuno que Diario EL Telégrafo precise a qué se refiere cuando menciona “empresas propias”, ya que si nos remitimos a la misma infografía publicada, se desprenden únicamente los nombres de los administradores mas no de los accionistas. Es cierto que mis hijos constan como administradores en la mayor parte de ellas y no conozco ley alguna que prohíba aquello, incluso así hubiesen actuado en calidad de accionistas tampoco hubiese existido delito alguno. Diario El Telégrafo deberá demostrar que existieron actos ilícitos en las compañías mencionadas, ya sea por parte de la administración o de sus accionistas.

4.- De las nueve empresas mencionadas, todas con excepción de una, fueron constituidas antes del año 2005, mientras que las glosas de ÍCARO fueron emitidas en el año 2009, es fácil entonces colegir que las empresas fueron creadas con un propósito meramente corporativo y no obedeciendo a un acto predeterminado, un “fraude societario”, como cínicamente pretendería darse a entender.

5.- La infografía cita con argumentos carentes de investigación lo siguiente: “Guido Saltos vendió todo, incluso una avioneta Cessna de la Dirección de Aviación Civil, antes de liquidar la compañía...”.

Es preciso al respecto aclarar que, dentro de la pobre investigación realizada por ese medio de comunicación, en efecto existe una avioneta tipo Cessna T-41 de matrícula HC-BJI y hubo otra adicional que se accidentó el 22 de mayo de 1990 cuya matrícula era HC-BJH, ambas de propiedad de la Fuerza Aérea Ecuatoriana. La accidentada fue reemplazada con el pago del seguro por otra aeronave que ahora, en cambio, ha sido vendida por el propio liquidador de AEROTRAINING S.A., o sea funcionario de la Superintendencia de Compañías, a una empresa privada. ¿Cabe entonces la insinuación de presunción de delito también en contra del liquidador que dispuso de una aeronave que en teoría pertenecería también a la FAE?

Las avionetas mencionadas al igual que otra docena, fueron entregadas hace más de 30 años en donación a todas las escuelas y aeroclubes del país, gracias a la gestión del entonces Comandante General de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, General Héctor Vásconez; ÍCARO fue una de las beneficiarias de dicha donación, sin embargo, y con el paso de los años, todas las personas naturales y jurídicas que recibieron las aeronaves de la FAE en las mismas condiciones que recibió Ícaro, legalizaron el traspaso de éstas en beneficio propio al punto de que muchas fueron luego vendidas.

6.- Es lamentable el hecho de que se utilice a los exempleados de la Compañía como instrumentos para el descrédito de quien en su momento les dio cabida en una empresa que fue el sustento por muchos años tanto de ellos como también de sus familias, independientemente de la situación y razones por las que ésta haya atravesado que no fue deliberada. Fuese distinto si el criterio provendría de quienes manejaron el área económica de la compañía, me refiero a los exvicepresidentes financieros, contadores o tesoreros, extrañamente no se los ha tomado en cuenta. Quiero, sin embargo, referirme al Capitán Byron Mina Quiñónez, de quien me llama la atención su actitud ya que lo conozco desde que fue mi alumno en la escuela de Pilotos de ÍCARO hace ya más de 30 años, fue precisamente ésta la que le abrió las puertas al primer trabajo al cual él tuvo acceso dentro de la aviación en calidad de instructor de vuelo, esto debido a la alta consideración y aprecio que siempre he guardado por su familia, particularmente por su madre, una distinguida política de la provincia de Esmeraldas.

En cuanto al señor Giraldo, recuerdo que es un técnico colombiano quien no tenía trabajo en su país y le abrí las puertas de ÍCARO, compensándole incluso con el costo de la vivienda y un permiso de trabajo en la ciudad de Quito.

ÍCARO se caracterizó siempre por formar gente nueva en todas sus áreas y me congratulo de aquello, ya que formamos excelentes profesionales que hoy en día son parte no solo de la aviación local, sino también mundial, muchos, la gran mayoría por cierto, gratos con la oportunidad que recibieron en su momento.

7.- Es falso que los liquidadores hayan suscrito un inventario preliminar de bienes en conjunto con los administradores. Según el artículo 387 de la Ley de compañías en su segundo inciso, el primer liquidador, es decir el muy cuestionado funcionario designado por la Superintendencia de Compañías, quien descaradamente surgió luego como accionista y administrador de la compañía de aviación SUDAEROECUADOR S.A,  me refiero al ciudadano Darwin Manuel Jaramillo Granda, debía él precisamente suscribir un inventario y balance inicial de liquidación en conjunto con mi persona como último administrador; esto nunca se realizó. Por ende la herencia que tuvieron los sucesores de Jaramillo podría algún momento pasarles factura. Ninguno de los liquidadores ha presentado un informe a los accionistas tal como estipula la ley.

8.- Mi lucha permanente ha sido la búsqueda de la verdad en cuanto al valor real de las glosas emitidas por el SRI, las cuales son totalmente infundadas, por eso presenté un Recurso de Revisión que a la fecha sigue aún pendiente. Basta en comparar los impuestos pagados por la empresa Pública TAME  durante los mismos años en que se glosa a ÍCARO, para así poder sacar una conclusión que podría conllevar a un interesante debate del cual el SRI no saldría bien librado.

9.- Me ratifico en el hecho de que todo ha sido parte de una persecución a mi persona y también a mi familia. Acudiré a cuanta instancia internacional me permita y siempre me he mantenido firme en mi voluntad de ir al Ecuador, sujeto a un juicio justo y sujeto a la viabilidad del Recurso de Revisión presentado hace tres años.

10.- Concluyo en un hecho aparentemente subjetivo pero que denota la ignorancia de quien elaboró la infografía y es la forma en que se refiere a mi persona como excapitán; sin que esto me afecte, es preciso puntualizar que soy un oficial retirado de la Fuerza Aérea Ecuatoriana con el grado de Capitán.

Agradezco que mi derecho a la réplica sea concedido en los términos exigidos por la ley, y estoy presto para cualquier aclaración al respecto.

Cap. Guido Saltos Martínez   C:I: 170021446-1

 

RESPUESTA DE LA REDACCIÓN

Edición del miércoles 18 de de junio de 2014

Exdueños de Ícaro traspasaron los bienes a 9 empresas propias para evitar embargos Política/página 3

La familia Saltos no atendió nuestra consulta

Antes de la publicación, ELTELÉGRAFO buscó la versión de Guido y Estevan Saltos (radicados en Miami) a través de redes sociales y, vía telefónica, mediante su hija, Sofía Saltos. Su esposo y exgerente de una de las empresas  mencionadas, Álvaro Ortiz, se comprometió a enviarnos la información, que aún esperamos.

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