Wing chun y el ahorro de energías
Es un arte marcial poco difundido en Ecuador.
Cuenca, Quito y Guayaquil son hasta el momento las ciudades en las que se ha iniciado la enseñanza del wing chun, que se diferencia del resto de técnicas orientales por el manejo eficiente de la energía del cuerpo en el combate.
“Aquí uno debe estar siempre de frente y eso permite utilizar las dos manos y las dos piernas al mismo tiempo”, sostiene Gonzalo Tinajero, primer instructor de este arte en la capital.
Wing chun traducido al español significa “hermosa primavera” y nació hace tres siglos en el sur de China, en el monasterio Shaolín.
Fue el legendario actor Bruce Lee el encargado de extenderlo y popularizarlo por el mundo occidental a través de las películas.
Los movimientos no son amplios. Las patadas son principalmente bajas y no pasan de la cintura, así se obtiene mayor estabilidad en el cuerpo.
Se utilizan las coyunturas de las extremidades y no solo los músculos, con lo que se fortalecen los ligamentos.
“Para una pelea eficiente debe mantenerse los pies bien asentados”.
En esta disciplina se requiere, en un primer instante, afinar la defensa y conocer con exactitud la línea central del cuerpo al que van dirigidos los ataques.
En una etapa posterior se logra formar puentes con el rival y percibir la energía contraria para anticiparse a los movimientos que éste realice.
Finalmente, se definen los puntos vitales del cuerpo hacia los que van destinados los ataques para así debilitar al rival y conseguir la culminación anticipada del combate.