En su etapa como jugador fue un mediapunta veloz que brilló en el Paris Saint Germain y en la desaparecida selección yugoslava. Bosnia-Herzegovina -equipo al que dirige ahora- tiene su marca personal. Es un equipo ofensivo que busca siempre el arco rival y anota muchos goles cuando tiene la oportunidad.

Safet Susic cumplirá en diciembre 5 años en el banquillo bosnio. Durante ese lapso, ha sacado provecho a una gran generación de futbolistas para llevar a ese país a su primer Mundial desde que se independizó de Yugoslavia en 1992 y desde que se afilió a la FIFA 4 años después.

Susic asumió la dirección técnica de Bosnia el 28 de diciembre de 2009, luego de que la selección quedó eliminada del repechaje para el Mundial de Sudáfrica 2010 y sustituyó en el cargo a Miroslav Blažević.

Desde su llegada trató de imponer su filosofía. “Me gusta cuando mi equipo ataca, tiene el balón y mete un gol más que el rival”, dijo hace unas semanas. Esto deja claro que no le gusta jugar al contraataque ni esperar al rival. Safet Susic sigue siendo un delantero, pero desde el área técnica.  

Su fascinación por el juego ofensivo le ha ocasionado derrotas dolorosas. Pero él no se arrepiente, está seguro de su ideal.  

El entrenador bosnio aplica un 4-4-2, donde su principal figura es Edin Dzeko, quien es bien acompañado por Vedad Ibisevic. Su fortaleza está en la delantera y la aprovecha al máximo.

En cada entrevista lo reconoce. Ha conformado un combinado para que ataque y por eso deja espacios atrás, lo que le produce problemas ante los grandes equipos. Susic no sabe cómo defender.

Las estadísticas demuestran la efectividad de la filosofía bosnia. Tuvieron la mejor dupla goleadora de la fase de clasificación para Brasil 2014, Dzeko e Ibisevic hicieron 18 goles. Más de la mitad de los 30 que anotó el equipo en 10 partidos disputados, siendo el cuarto equipo más goleador después de Alemania, Holanda e Inglaterra.