Desde las primeras horas de la tarde, cuando se anunció que las entradas se habián agotado, miembros de la Policía Nacional comenzaron a desalojar a los hinchas de Barcelona que permanecián en la explanada del estadio Monumental. 

Los aficionados pedián el arribo de los dirigentes del club torero para que les den respuestas sobre porque se acabaron los tickets de ingreso. "Señores, por favor despejen, luego no serán sacados con palabras, sino con gases y tolete", anunciaba un agente policial a través de un megáfono.

Alrededor de 3.000 personas permanecián en el lugar con la esperanza de obtener un boleto para el partido del domingo, donde su equipo daría la vuelta olímpica esperada hace 14 años. Fueron más de un centenar de uniformados los que procedieron a expulsar a todos los fanáticos.