El DT ganó 3 mundiales juveniles con la albiceleste
José Néstor Pékerman subió a su taxi a los colombianos
Banderas blanco y celeste ondeaban en las calles de Buenos Aires, repletas de papel picado. Argentina recibió con júbilo el Mundial de fútbol en el Monumental, pese a la difícil situación que atravesaba bajo la dictadura de Rafael Videla.
En los medios de TV se mezclaban las escenas de la fiesta deportiva con los reclamos de madres en la Plaza de Mayo, que exigían conocer la suerte de sus hijos desaparecidos.
El 25 de junio de 1978 Argentina ganó el mundial frente a Holanda y la gente se volcó a las calles. Entre las hileras de carros, los sonidos de los pitos y gritos de festejo, en un punto en medio del bullicio estaba José Néstor Pékerman conduciendo su taxi, un auto marca Renault 12.
Su rodilla no aguantó la exigencia del fútbol y solo le servía para empujar bien los pedales de su medio de trabajo. Atrás quedaron las ilusiones del futbolista que creció golpeando un balón a orillas del río Paraná. El mismo que antes de iniciar su carrera en Argentinos Juniors trabajó como vendedor de helados y ayudante en una pizzería familiar.
Pékerman es recordado como uno de los pocos argentinos amables que jugó en Colombia. Sonriente, silencioso y poco expresivo. En Medellín nació su hija Vanessa, a quien tuvo en matrimonio con Matilde.
Militó en el DIM desde 1975 hasta 1978. Arrastraba una lesión en la rodilla. Alcanzó a jugar más de 100 encuentros y anotó 15 goles, pero su rodilla no aguantó. Néstor renunció al Medellín, porque consideraba injusto que le pagaran sin jugar.
El argentino retornó a su país y se sometió a un tratamiento que no dio buenos resultados. A los 28 años se vio obligado a abandonar el fútbol, ignorante de que la vida le depararía el éxito donde a él menos le gustaba estar: en el banco.
Pékerman recorrió Argentina de norte a sur. Su taxi le servía de sustento y medio de transporte para viajar a los sitios más solitarios para buscar talentos. Entonces, el club Argentinos Jr. lo contrató como entrenador de las inferiores.
Allí planeó un proyecto que integraba el entrenamiento físico de alto rendimiento, asistencia social, concentración, y seguimiento sicológico y nutricional. El proyecto era tan completo que ganó la convocatoria que abrió la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) para dirigir las inferiores de la selección.
Estructuró un proyecto que a largo plazo lo llevó a ganar tres campeonatos mundiales juveniles: Qatar 95, Malasia 97 y Argentina 2001. Se convirtió en el DT más exitoso en las formativas de Argentina.
Los buenos resultados en las juveniles lo llevaron a ser nombrado coordinador general de selecciones en 2002 y DT de la absoluta en 2004. En 2006 participó en el Mundial de Alemania, donde llevó a Argentina a cuartos de final.
La Federación colombiana posó sus ojos en él. Y desde el 29 de febrero de 2012, en un amistoso ante México (2-0 a favor), empezó una etapa triunfal de la selección cafetera, que con Pekerman volvió a un mundial 16 años después.