Fue como si su medalla de oro no existiera. Muchos se tomaron fotos con él y su presea, pero nadie le dio el reconocimiento que esperaba. “Es que no éramos tratados con igualdad. Lastimosamente en 2007, cuando fui medallista de oro parapanamericano en Río de Janeiro, los deportistas paralímpicos no recibimos el reconocimiento que sí tuvieron los atletas convencionales”, recuerda el pesista adaptado José Mariño, campeón de la categoría 88 kilogramos en los Juegos Parasuramericanos de 2014.

Hasta hace poco, ese recuerdo le generaba un ‘nudo en la garganta’. Lo molestaba al punto de la indignación. Afortunadamente, las cosas cambiaron. Desde el año pasado Mariño consta en el Plan de Apoyo a Deportistas con Discapacidad que se ejecuta con fondos del Estado.

Gracias a este respaldo, José recibe 2 salarios básicos unificados ($680), dinero que le sirve para dedicarse de lleno a los entrenamientos y no requerir un empleo para mantener a su familia.

El exponente considera que gracias al presidente de la República, Rafael Correa; del ministro del deporte, José Francisco Cevallos, y de su viceministro, Luis Gómez, el deporte adaptado del país cuenta ahora con una ‘verdadera estructura’.

Por este motivo, al momento de recibir el premio económico de $2.000 por adjudicarse el título parasuramericano en Santiago de Chile, no ocultó su satisfacción. Es la primera vez que su esfuerzo es reconocido en forma palpable.

“En 2007 solo a los deportistas convencionales les dieron estímulos económicos. A mí y a los otros 2 medallistas -el pesista Gerardo Merino y el atleta Carlos Cachipuendo- no nos dieron nada. Ahora existen condiciones de igualdad”, asevera.

Los inicios

A José Javier Mariño Bermúdez siempre le gustaron los deportes. La falta de la pierna izquierda, afectada por poliomielitis a los 3 años de edad, nunca le impidió jugar fútbol y levantar pesas. Las remembranzas de la infancia siempre le sacan sonrisas. Cuando niño, en su casa, ubicada en el suburbio de Guayaquil, sector de la 40 y Portete, solía fabricar pequeñas pesas para ejercitarse y volverse fuerte.

Su apego por la halterofilia creció con él, al punto de que entrar a un gimnasio se convirtió en su principal propósito. Esa meta se cumplió cuando tenía 16 años, ingresó a un gimnasio y en poco tiempo comenzó a laborar como instructor.

“Creo que las personas con discapacidad, por naturaleza, tenemos carácter para vencer las adversidades. Por eso antes, sin ayuda de ningún tipo, nos dedicábamos a entrenar y representábamos a Ecuador en competencias internacionales. Nosotros sí sudamos la camiseta”, precisa.

Dicha afirmación es corroborada por Byron López, presidente del Comité Paralímpico Ecuatoriano (CPE), quien ve en José y en los otros 16 exponentes que terciaron en Chile, a verdaderos patriotas. “José es un hombre centrado y disciplinado, alguien que cumple a cabalidad lo que le encomiendan. Confío mucho en él, sé que con el apoyo adecuado sabrá responder con resultados, como siempre”, comenta.

Próximo a cumplir 36 años -el 17 de mayo-, José se entrena de cara a los Juegos Parapanamericanos Toronto 2015, que se llevarán a cabo en julio del año entrante. Su objetivo es volver a colgarse el oro continental y clasificar a sus cuartos Juegos Paralímpicos. Antes ya estuvo en Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012.

La prioridad del guayaquileño es subir su marca. En Santiago de Chile, el 28 de marzo último, ganó el oro de la división 88 kilogramos al levantar 180 kilogramos. “Mi inspiración son mis hijos Alejandro (11 años) y Fabel (8 años), y mi esposa Yadira Mora. Además de mi asistente Fausto Briones y mi entrenador Gerardo Merino”, menciona.

LOS ‘TRICOLORES’ RECIBEN JUSTO HOMENAJE

La delegación ecuatoriana que participó en los I Juegos Parasuramericanos Santiago 2014, que se celebraron entre el 26 y el 30 de marzo, fue homenajeada por el Ministerio del Deporte, que ofreció una cena para exponentes, entrenadores y directivos. El acto se realizó el lunes pasado en el Hotel Sheraton de Quito.

El ministro del Deporte, José Francisco Cevallos, felicitó a los atletas por el sexto lugar que la Tricolor alcanzó en el medallero general. Un resultado alentador si se considera que países como Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia y Chile, llevan procesos más largos y cuentan con mayor experiencia dentro del alto rendimiento del deporte adaptado.

Ecuador cosechó 9 preseas: una de oro, 5 de plata y 3 de bronce.

José Mariño logró la medalla de oro en la categoría 88 kilogramos de exponentes con discapacidad física. El atleta invidente Sixto Moreta se adjudicó la medalla de plata en los 1.500 metros. La nadadora con discapacidad intelectual Jéssica Lalama alzó las preseas plateadas en los 200 metros libre, 100 metros espalda, 100 metros pecho y 200 metros combinados.

El atleta con discapacidad intelectual Marlon Matabay se colgó el bronce de los 400 metros llanos. Las otras preseas de bronce corresponden a los tenistas con discapacidad física Édison Molina y Ángel Moreano. Molina subió 2 veces al podio, una por ser tercero en singles y otra por ser tercero en dobles, junto a Moreano.

La presencia de Ecuador en Chile fue costeada por el Gobierno Nacional, que invirtió $ 130.988,49 en esta presentación. A ello se suma que cada uno de los 17 seleccionados recibió entre enero y marzo 5 salarios básicos. La lista de becados del Plan de Alto Rendimiento del Deporte Paralímpico se definirá en julio próximo.