Veinte goles en el fútbol ecuatoriano, según estadísticas de la FEF, registró el argentino Federico Laurito desde que se unió al Deportivo Cuenca en 2011 para  jugar los torneos de reserva y de primera división, hasta cuando una lesión de rodilla lo obligó a retornar a su país a mediados de 2012.

El delantero se sometió en esa ocasión a un prolijo plan de recuperación. Hoy, su olfato goleador es el aval para que el club de la Universidad Católica de Quito haya tomado la decisión de enrolarlo como el cuarto refuerzo extranjero.

Se muestra optimista y expresa que, desde que arribó por segunda ocasión a nuestro país, está dedicado por entero a lograr su mejor forma, física y técnica. Es fácilmente identificable entre el grupo de 33 jugadores que entrenan bajo las órdenes de su compatriota Jorge Célico; su estatura (1,88 m) sobresale, aunque el arquero Hernán Galíndez, no se queda atrás (1,89 m).

Su formación en el Newell’s Old Boys le permitió pulir sus condiciones de hombre de área y las selecciones Sub-15 y Sub-17 de su país lo tomaron en consideración; más tarde emigró al balompié europeo y formó parte de las plantillas de los clubes Empoli, Udinese Calcio, As Livino y Unione Venezia de Italia.

El Huracán fue otro de los clubes argentinos que lo tuvo en sus filas. En el balompié ecuatoriano su primer club fue el Deportivo Cuenca, sin que haya logrado concluir la temporada de 2012, por lesión.

Ahora está de vuelta, pero para vestir la celeste “camarata”. Se siente como en casa. En las instalaciones del complejo deportivo de La Armenia desarrolla un trabajo diferenciado con su fisioterapista personal, quien lo acompaña en la última fase de preparación por espacio de 10 días.

Afirma estar bien, cumpliendo el proceso (de recuperación) que avanza día a día. “Pero tampoco hay que adelantarse, todo a su tiempo y yo creo que en 20 o 25 días estaré listo”. El técnico Jorge Célico dice estar muy contento con su participación y la próxima semana iniciará la parte futbolística.

El “Fede”, como lo llaman sus compañeros, se ha adaptado fácilmente al grupo,  que considera muy bueno, porque lo conforman jugadores jóvenes, con criterio y ganas de triunfar en el fútbol ecuatoriano.

No se apresura en su recuperación, estima que en tres semanas estará en capacidad de debutar, una vez que se encuentre en las mejores condiciones, “porque lo primero es recuperarme en un ciento por ciento y volver a jugar, después entrar en ritmo futbolístico y triunfar en el fútbol ecuatoriano”.

Es uno de los jugadores extranjeros  que tiene una idea clara de lo que  representa el balompié tricolor y sabe que será  un campeonato muy competitivo, como el último. “Además, Ecuador está segundo en las eliminatorias, está peleando por entrar al Mundial, así que es un país en crecimiento y cada vez es más difícil”.

El hecho de haber vestido la blusa “colorada” avala un conocimiento del medio en el que se desenvolverá. “Vengo a un club como la Universidad Católica, parecido al Cuenca, que cree mucho en sus jugadores jóvenes y solo espero que me vaya muy bien este año”.

El elenco de la “Chatolei” cuenta en su rol con elementos que defendieron los colores del club la temporada anterior, que concluyó con el ascenso a la serie A del balompié nacional. “Diego (Benítez) Facundo (Martínez) y Hernán (Galíndez) son muy buenos jugadores y la juventud de los nacionales hace de este equipo uno de los más competitivos del campeonato, la idea es no solo defender la categoría, sino buscar un torneo internacional y creo que estamos en capacidad de conseguirlo, a pesar de que hay muy buenos equipos, pero haremos la lucha”.

El trabajo en el gimnasio de la Concentración Deportiva de Pichincha es el complemento para buscar el fortalecimiento muscular. “El campeonato es largo y uno debe estar muy bien preparado. Me siento mucho mejor conforme pasan los días, espero entrar ya a hacer fútbol para adaptarme lo más pronto posible al esquema del ‘profe’”.

Universidad Católica inicia hoy la cuarta semana de preparación con todo su plantel  en las instalaciones de La Armenia.