Una especialista en género cree que los insultos machistas deberían ser castigados
El sistema patriarcal se ve retratado en el fútbol
“Shakira es una puta”, corearon el fin de semana pasado miles de aficionados del Espanyol al ritmo del tradicional Guantanamera que inmortalizó la cubana disidente Celia Cruz. El insulto no iba dirigido a la cantante colombiana, sino a su pareja, Gerard Piqué. La intención de los barristas era desestabilizar emocionalmente al defensa catalán en pleno partido.
El clásico de Barcelona entre el FC Barcelona y el Espanyol desata pasiones como en cualquier otro derbi del mundo. Las aficiones apoyan a sus equipos, protestan las decisiones arbitrales e insultan a sus rivales. El fin de semana pasado sucedió algo que refuerza y sustenta el sistema patriarcal a través del cántico de los hinchas.
La periodista española Andrea Momoitio analizó ayer el tema en El Diario de su país y cuestionó el tratamiento que le han dado algunos medios. “Es curioso que hayan dicho que los espectadores del estadio gritaban contra Piqué. No estaban insultando a Shakira, estaban poniendo en tela de juicio a Piqué. Lo pensaban aunque ninguno de ellos lo supiera. El patriarcado ha calado tan hondo y es tan complejo, que creo que muchas veces ni son conscientes...”, escribió en su artículo titulado ‘Shakira y las putas’.
La jugadora Carla Ribadeneira aseguró que, al principio, jugar fútbol era ir contra lo establecido.
Según Magaly Benalcázar, el fútbol es un espacio de lucha legitimado y socialmente aceptado.España tiene antecedentes en ese sentido. El año pasado, durante un juego entre Barcelona y Valencia, los hinchas de este último club cantaron la misma tonada que la afición del Espanyol, todo con la intención de fastidiar al defensa central a través de una ofensa a su pareja. David Beckham también pasó por algo similar cuando jugó en el Real Madrid y su esposa Victoria era el blanco de los insultos de los aficionados.
La imagen que vende el fútbol es, según el sociólogo chileno Jorge Sánchez, una marcada ‘masculinidad’: el ‘macho’ recio, competitivo y esnob. “Hay que acordarse de que muchos se hicieron millonarios de la noche a la mañana, luego de una vida llena de carencias, y hoy tienen un hábitus de ricos. Este mismo prototipo es venerado por los hinchas, quienes lo reproducen tras las gradas o la televisión. Ahora, por suerte, las mujeres también comenzaron a practicarlo e ir al estadio, lo que seguramente contribuirá a que el patriarcado se reduzca. En esto, los mass media deben jugar un rol crucial”, aseguró el especialista.
Ese dato lo corroboró la jugadora de la Espuce, Carla Ribadeneira, que actúa en el Campeonato Nacional Femenino: “Al principio, jugar fútbol significó ir en contra de lo normal, de lo establecido por la sociedad. Pero en este punto nos sentimos más respaldadas, a pesar de que aún no se percibe que exista un respeto por los espacios”.
DATOS
La prensa española se refirió a la noticia como información, pero solo un medio hizo un análisis alrededor del tema.
No es la primera ocasión que Shakira es insultada para intentar afectar a Piqué. El año pasado, en un partido contra el Valencia, se escuchó el mismo cántico.
Ni esa vez, ni tampoco en esta, los clubes y sus aficiones recibieron alguna sanción por los insultos en la cancha.
En Ecuador, el fútbol femenino ha ganado espacio, según revelan las protagonistas. Actualmente se disputa el segundo torneo femenino con 12 clubes nacionales.Ribadeneira se refirió en ese sentido a que aún es complicado para las mujeres tener un espacio físico permanente: “Es difícil conseguir una cancha para entrenar. Hay resistencia hacia nosotras para que podamos tener un lugar donde practicar el fútbol”.
Para Sánchez, la idea de que los espacios de ocio, como un estadio, no pertenecen a las mujeres empieza a diluirse: “En el siglo XXI las mujeres se han apropiado de varios espacios de ocio y entretenimiento, así como también de participación. Por lo demás, actualmente hay varios deportes donde domina el género femenino o en los que, al menos, tiene una participación equivalente a la del hombre: el tenis, el voleibol, el hockey e incluso la halterofilia y artes marciales”.
El sociólogo agregó que se habla de igualdad de género en un nivel discursivo, pero la realidad nos indica que aún estamos muy lejos de alcanzarla. “No hay que olvidar que durante siglos el masculino fue el sexo dominante y, diríase, esclavizante, y que recién hace unas cuantas décadas se comenzó a reivindicar los derechos igualitarios de la mujer”, manifestó.
Incitación a la violencia
A criterio de Magaly Benalcázar, magíster en género, el fútbol es un espacio masculino, pues las mujeres participan desde las gradas como hinchas, no dentro de la cancha. “Las mujeres hinchas o se masculinizan o se vuelven ‘machonas’ en su vestuario y comportamiento. Y si no se masculinizan, se hipersexualizan, vistiendo blusas pequeñas y pantalones apretados”, explicó.
Añadió que el balompié es un espacio diseñado para hombres, porque la cancha es un lugar donde se despliega la masculinidad tradicional y patriarcal.
Los hombres, ya desde el punto de vista del género, son los llamados a proteger a sus damiselas con la misma idea patriarcal, tradicional y anticuada con la que las mujeres buscaban la protección o tutoría de un hombre en los siglos pasados. “Hay muchas masculinidades, pero desde la masculinidad patriarcal, el hombre es el tutor de la mujer. Al atacar a la mujer que está bajo la tutoría del hombre es cuestionar su masculinidad”, argumentó.
Recordó el cabezazo de Zinedine Zidane a Marco Materazzi en la final Francia-Italia, del Mundial de 2006. Zidane justificó su actitud al decir que Materazzi lo provocó insultando a su hermana. En el caso de Piqué, cree que debió sentirse desmoralizado, no solo por los insultos a Shakira, sino por todo lo que ella significa. “Al ser una figura mundial, el peso de la agresión es más fuerte. ¿Por qué no se metieron con las novias de los otros jugadores”, citó.