Un “jab” en la nariz hizo  que de su rostro salpicara el sudor. Dunis Liñán se refugió en las cuerdas tal como hizo en algunos pasajes de la pelea. Pero eso no  le sirvió de mucho para evitar la derrota. Su rival, el ecuatoriano Erick Bone, se consagró campeón superligero (140 libras) de la Federación Bolivariana de Boxeo (Fedebol), reconocido por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

El “Relámpago manabita” dominó  7 de los 9 asaltos y obtuvo su octava victoria en el pugilato profesional, en el que no conoce ni la derrota ni el empate. Al minuto y  44 segundos del primer round envió a la lona a Liñán y  un “uppercut” con la derecha (gancho al mentón) estuvo a punto de convertirse en K.O. Sin embargo, el colombiano resistió y siguió en el combate. 

La estrategia de Bone se basó en esperar a que Liñán bajase la guardia para conectar golpes decisivos. La idea funcionó durante el primer y segundo asaltos, pero en el tercero el colombiano cambió de táctica y puso en aprietos al local.

En varios momentos de la disputa Liñán fingió refugiarse en las cuerdas, pero cuando Bone se acercaba para “rematarlo” lo “ametrallaba”  a puñetazos. El truco de la “emboscada” le salió por tres ocasiones, sabía que por puntos sería difícil  ganar el combate, lo único que le quedaba era el nocáut.      

Mientras transcurría el sexto round, un zurdazo  del colombiano se estrelló de lleno en la cara del portovejense y por poco lo hace caer. Bone recuperó el equilibrio y se plantó de nuevo ante Liñán. Ese golpe preocupó a los espectadores ecuatorianos, en especial al ex púgil José “El Alacrán” Bone, padre de Erick, quien veía el accionar de su hijo desde la tribuna.   

En el séptimo asalto “El Relámpago” varió de movimientos, procuró no acercarse al antagonista cuando éste retrocedía a las cuerdas. Lo importante era arrinconarlo a las esquinas. Un gancho al hígado resintió a Liñán, quien abrazó a Bone para evitar mayor castigo.         

El octavo asalto puso en evidencia  el control del “gladiador” nacional a tal  punto  que el árbitro Marco Jurado intervino dos veces para “abrir” a Bone de los abrazos del contrario.

Al  inicio del último round ambos peleadores buscaron el K.O. Liñán  tomó la iniciativa, pero un “jab” en la nariz hizo  que de su rostro salpicara  sudor  y  se refugiara en las cuerdas. La campana sonó, el duelo había terminado. Minutos después, por decisión unánime de los jueces, Erick Bone fue declarado vencedor.

Otros combates

La cartelera organizada el viernes pasado por la empresa Boxeo y Honor constó de cinco peleas, ninguna se resolvió por la vía rápida. La programación se cumplió en el coliseo Julio César Hidalgo de Quito.

En el primer combate, de la categoría supermosca (115 libras), el ecuatoriano Milton Shuir doblegó al colombiano Luis Trejo. La segunda confrontación, de la categoría gallo (118 libras), puso en el ring al lojano Diego Sarango y al pichinchano Juan Vega. El triunfo fue para Sarango.

La tercera pelea, de la división semicompleta (180 libras), terminó en empate. El ecuatoriano Jason Pavón se midió al cubano Eliécer Galeano, quien protestó por el fallo.

Los reclamos también provinieron del público. Pedro Bedón, presidente de la Comisión de Boxeo Profesional de Pichincha, bajó de 6 a 4 asaltos este combate. Dijo que cuando un púgil debutaba (Galeano), el reglamento internacional solo permitía peleas con 4 rounds.

Ramiro Delgado, presidente de Boxeo y Honor, calificó de desacertada la decisión, pues la comisión sabía que el contrato de ese combate se pactó por 6 asaltos.  

En el cuarto combate, de la división wélter (147 libras), el imbabureño Marlon Aguas superó al pichinchano Fidel Bennet.