Novak Djokovic tuvo ayer un día tranquilo en Montecarlo. El serbio clasificó a las semifinales  después  de vencer cómodamente a Jarkko Nieminen (6-4 y 6-3). Este triunfo significa la reivindicación del número uno del mundo, que llega a esta penúltima ronda  preocupado por las secuelas que causó en su tobillo una lesión durante la Copa Davis.

El serbio superó los miedos del principio y acabó imponiendo su ritmo. El primer juego, al saque el finlandés, se prolongó por 10 minutos, mala noticia para Djokovic ya que lo  castigaba más su pie adolorido. De inmediato, además, cedió su servicio, pero reaccionó a tiempo para atar la primera manga por 6-4.

El segundo set no tuvo historia. “Nole” se escapó e hizo lo que quiso con Nieminen, un zurdo hábil que sorprendió en cuartos de final a Juan Martín del Potro. Su límite estaba en medir al número uno y lo aceptó sin rechistar, aunque vendió cara su derrota, se despidió con actitud.

Djokovic se enfrentará a Fabio Fognini, grata sorpresa en Montecarlo y luego de superar al francés Richard Gasquet (7-6/6-2). El italiano, que tiene un sensacional torneo, ocupa el puesto 32 ATP y aún no tiene ningún título en el circuito singles.

En la otra llave, el español Rafael Nadal se medirá en “semis” al francés Jo-Wilfred Tsonga. Un encuentro difícil para el monarca de Montecarlo.