“Estamos en una mala posición, pero hay que seguir creyendo”. Con esa frase Didier Deschamps motivó a los jugadores de la selección francesa para lograr la clasificación al Mundial Brasil 2014. Fue el pasado 15 de noviembre, luego de la derrota 2-0 ante Ucrania en Kiev, durante la ida de la repesca europea, cuando el mundo futbolero ponía lápidas al elenco ‘galo’, en una llave que resultó más difícil de lo esperado.   

Deschamps creyó. Transmitió ese positivismo a sus jugadores y 4 días después, con una presentación inolvidable en el Stade de France (Saint-Denis), ganó 3-0 a la ‘Zbirna’ para llevar a ‘Les Bleus’ por décima cuarta vez en su historia a una Copa del Mundo.

La remontada, con tinte de milagro, no solo le valió a Deschamps la prolongación de su contrato con la selección por 3 años más, también le sirvió para recuperar su reputación de héroe nacional. Muchos aún se conmueven al recordarlo como el primer futbolista francés que levantó la Copa del Mundo en  Francia 1998, después de golear 3-0 a Brasil en la final.

La vida de Didier Deschamps es considerada un ejemplo de constancia y superación. Su carrera deportiva comenzó en el rugby, pero se desencantó e incursionó en el balompié amateur, vinculándose al Aviron Bayona desde 1980 hasta 1983.

Su coraje en el medio campo ‘enganchó’ a los ‘cazatalentos’ del FC Nantes, quienes lo llevaron al profesionalismo. Esa se  constituyó en la vitrina de su incorporación al Olympique de Marsella en 1989, equipo en el que se consolidó como uno de los mejores centrocampistas franceses del momento.

Su mejor temporada en el Marsella ocurrió entre 1992 y 1993, al adjudicarse la Liga de Campeones, la primera de un conjunto ‘galo’ en este certamen.  

Su paso por el sendero de la gloria lo continuó en la Juventus de Italia, con la que sumó su segunda Liga de Campeones en el torneo 1995-1996, la Copa Intercontinental de 1996 y la Supercopa de Europa de 1996, experiencias inolvidables, solo superadas por la corona del Mundial de 1998 y el cetro de la Eurocopa de Naciones de 2000, celebrada en su país.  

Carismático y blanco de rumores de la prensa rosa en muchas ocasiones, ‘Didi’ siguió su vida desde el banquillo de director técnico, donde también ha dado clases de ser un estratega nato, siempre proyectándose al futuro. No por nada la nómina de exponentes que incluirá en el Mundial de Brasil será base para disputar la Eurocopa de 2016.  

Por ahora su preocupación se centra en la primera fase de la cita planetaria, en la que comparte el grupo E con Honduras, Suiza y Ecuador, selecciones a las que, ha reconocido, ‘persigue’ co n espías, quienes le asesoran al momento de tomar decisiones.

Acostumbrado al acoso de los paparazzis y periodistas faranduleros, quienes incluso lo dieron por muerto el pasado domingo en una página de Facebook, Deschamps se toma con calma los momentos difíciles. Sabe que Francia no es favorita para el trono de Brasil, pero, como siempre, hará su mejor intento.