“Chucho” se ha convertido en una leyenda
Al igual que miles de personas que desfilaron ayer encolumnados por los dos costados del féretro del goleador ecuatoriano Christian Rogelio Benítez Betancourth, que reposó en el centro de la cancha de baloncesto del coliseo General Rumiñahui, el Primer Mandatario de la Nación, Rafael Correa Delgado se hizo presente para rendir su testimonio de pesar ante el sensible fallecimiento del futbolista criollo.
A las 17h52 el Presidente de la República ingresó al recinto deportivo, convertido en una enorme sala de velación y luego de una breve conversación con la esposa y padre del decesado, así como con autoridades del fútbol nacional, se acercó al ataud y en silencio, con su rostro compungido, permaneció de pies por espacio de dos minutos, mientras escuchaba la canción “Cuando un amigo se va” del canta autor Alberto Cortéz y tras santiguarse se dirigió a una de las sillas.
Junto al Vicepresidente de la República, Jorge Glass Espinel y varios ministros, el Presidente Correa escuchó la intervención del titular de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga Acosta, quién resaltó los méritos del futbolista; posteriormente, se dirigió a los miles de acompañantes presentes en los graderíos del coliseo y en un mensaje muy sentido, con expresiones y contenido muy humano, puso de relieve la sencillez con la que se había desenvuelto el deportista, cobijado con el calor de sus seres queridos y en especial de su abuela.
Una síntesis de la vida deportiva del “Chucho” desde sus inicios en el club El Nacional para luego emigrar al exterior y militar en clubes de México e Inglaterrra, hasta arribar el balompié qatarí, fue el preámbulo para expresar que Benítez se ha convertido en una leyenda y advirtió que el “Chucho” hizo lo que los políticos no pudieron hacer, llenarnos de orgullo.
Exteriorizó su compromiso para que el pueblo afro ecuatoriano no sea relegado nunca mas y que las madres no salgan a tierras lejanas para buscar un mejor futuro para sus hijos “Hoy querido Chucho, la patria te despide con un hasta luego, Dios te bendiga y bendícenos a nosotros. ¡ Hasta siempre!, concluyó, al tiempo de enfatizar que a la viuda, Lizbeth Chalá y a sus hijos, nos les faltará nada durante su gobierno.