“Scouts” encontraron en Esmeraldas una cantera interminable

“Puede que no sea ilegal, pero no es ético”, opina Iván Mina, presidente de la Liga Cantonal de Rioverde. Se refiere a los “scouts”, personas dedicadas a observar jugadores de fútbol y llevárselos a clubes profesionales, que años después los venden a otros equipos sin reconocer los derechos de formación a las instituciones desde donde se “abrieron camino”  en el deporte.

Para este directivo, los “cazatalentos” promueven una “trata de personas camuflada”, pues en muchas ocasiones envían a los nóveles exponentes a ciudades donde no tienen familia ni conocidos y tampoco el trato adecuado de los dirigentes.

Como se trata de menores de edad, los “scouts” convencen a sus padres sobre las ventajas de ir a otras urbes e ingresar a los chicos al balompié profesional. Según Mina, nadie garantiza el éxito de un futbolista, muchos  regresan a sus terruños y se enfrentan a la difícil situación de no haber terminado los estudios o no encontrar trabajo.  

DATOS

La Liga Deportiva Cantonal de Rioverde tiene 21 clubes filiales, la de San Lorenzo cuenta con 8 y la de Eloy Alfaro con 16. Ninguno tiene aprobada todavía la reforma de estatutos.

Además de Norteamérica, otro club que trabaja en la formación de jugadores es Independiente del Valle, que se alimenta de su cantera y vende futbolistas al mercado nacional. La mayoría de chicos es de la provincia de Esmeraldas.

Las ligas cantonales se quejan por la falta de respaldo de las autoridades seccionales.

Los cazatalentos suelen ser de  los mismos cantones  que  los chicos y, según conoció EL TELÉGRAFO durante su recorrido por el norte de Esmeraldas, cobran comisiones  que van de  $ 1.000  a $ 3.000 por el descubrimiento de un potencial futbolista.

Un caso puntual ocurrido este año fue la salida de cinco adolescentes del Club  Bahía, afiliado a la Liga Cantonal de Rioverde. Ellos, según varios dirigentes, fueron  pedidos por dos instituciones de Pichincha. Se trata del arquero Juan Flores, el defensa José Angulo, los volantes Esteven Rodríguez y Washington Nazareno, y el ariete Eduardo Caicedo.   

Pese a eso, Mina reconoce como un error de los clubes de las ligas cantonales la poca diligencia para reformar sus estatutos, presentarlos en el  Ministerio del Deporte y obtener la figura de clubes formativos, con lo cual podrían registrar a sus exponentes y no perderlos sin cimientos legales para reclamar por ellos.

Denuncias de abuso

Jorge Corozo Izquierdo, titular de la Liga Deportiva Cantonal de San Lorenzo, considera un abuso que los clubes especializados de alto rendimiento se aprovechen de instituciones que tramitan su condición de clubes formativos.

Mientras no se ajusten a la Ley del Deporte, no estarán en capacidad de abrir fichas a sus jugadores, sin que  ello signifique no haberlos adiestrado con las técnicas básicas del balompié.  

Por su parte, Eugenio Preciado, presidente de la Liga Deportiva Cantonal de Eloy Alfaro, manifiesta que en los cantones pequeños falta mucho para ofrecerles un mejor futuro a los deportistas. Por eso, a más de no contar aún con la aprobación de sus clubes como formativos, es generalizado y comprensible que los jóvenes futbolistas prefieran emigrar a Guayaquil o Quito para profesionalizarse.

En ese sentido hay que tomar en cuenta que  Esmeraldas, pese a tener excelente material humano, no tiene clubes en la primera A ni en la primera B. “Cómo podemos trabajar sin recursos. Solo pedimos mayor asesoría jurídica al Ministerio del Deporte”, sugiere Preciado. El presupuesto de este organismo en 2013 es de 39.729 dólares.
No hay delito

“Ahora los niños practican en el Centro de Alto Rendimiento. Tener todo de primera los motiva”
Iván Mina
Liga Cantonal RioverdeEn opinión de Marcos Zambrano, principal del Club Norteamérica, de Guayaquil, no existe manera en Ecuador de que un club le quite a otro un jugador, es menester que un dirigente del primer club del atleta firme un finiquito para que otra institución obtenga su pase.  

Detalla que la estructura del deporte nacional está claramente establecida y es compatible con el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).

Norteamérica, según constató EL TELÉGRAFO, tiene 75 menores entre 15 y 17 años que fueron descubiertos en Esmeraldas.   

Para que un club goce de la indemnización por formación de jugadores es necesario que esté legalmente constituido. “Si el club está registrado dentro de la legislación deportiva ecuatoriana, si el chico está federado por ese club, es difícil que alguien se lo pueda sacar”, expresa Zambrano.  

300.000 dólares al año desembolsa Norteamérica para alimentar, educar y hospedar a sus “pupilos"Norteamérica, de la segunda división de Guayas, se ha caracterizado en los últimos años por la captación de futbolistas y su posterior colocación en el mercado. Sus escuelas están en Guayaquil, Esmeraldas y San Lorenzo. El 40 por ciento de exponentes proviene de este último cantón.

Norteamérica cuenta en la actualidad con un centenar de chicos, el 85 por ciento de los cuales vive en la residencia de la organización.   

Zambrano tiene una visión empresarial, vende jugadores para reinvertir las ganancias. “Los clubes en Esmeraldas no les dan ni para comer, son clubes pobres que abusan de los muchachos, no invierten”, sentencia.

DERECHOS DE FORMACIÓN DEL FUTBOLISTA

El Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) establece que la indemnización por formación se pagará al club o clubes formadores de un jugador: 1) cuando un futbolista firma su primer contrato de profesional y 2) por cada transferencia de un jugador profesional hasta el fin de la temporada en la que cumple 23 años. La cancelación de los derechos de formación se la hace a  las instituciones que instruyeron al futbolista a partir de los 12 años de edad. Si son dos o más clubes los que en diferentes edades capacitaron al adolescente se distribuirán el dinero según los porcentajes que correspondan a la edad en la que lo tuvieron. El monto máximo es de 10.000 dólares. Si un solo club se encargó de su aleccionamiento, será el único beneficiario. La indemnización se paga por una sola vez, el segundo club al que vaya el futbolista únicamente pagará al primero que lo contrató.