El delantero sueña todas las noches con representar a Ecuador en el Mundial de Brasil. Armando Wila se imagina vivir el ambiente de las prácticas y la emoción de los hinchas en las gradas.  

Sus 11 goles en el Campeonato Ecuatoriano con Universidad Católica lo acercan a ese anhelo. El estratega Reinaldo Rueda y su cuerpo técnico siguen de cerca su desempeño en el torneo.    

¿Se ilusiona con llegar a Brasil?
Sí, muchísimo. Me veo en Brasil con todo el grupo representando al país. Pero siempre me vuelco a Dios. Si Él quiere que yo llegue, voy a estar ahí. He mostrado mi nivel con goles; sé que un Mundial es más exigente que disputar el torneo local, pero tengo la capacidad para jugarlo.   

El microciclo de abril fue su primera experiencia en la Selección de mayores. ¿Cómo fueron esos 5 días de convivencia?
Siempre lo había soñado. No tengo palabras para describir lo que sentí. Aproveché la oportunidad y la disfruté. Nunca había ido al Atahualpa a ver a la Selección porque siempre había vivido lejos de Quito. La primera vez fue el pasado 23 de abril cuando jugué el amistoso y pude anotar.  

¿Qué se cruzó por su mente al anotar el gol del triunfo contra los extranjeros del fútbol local?
Sentí de todo, especialmente gratitud y felicidad. Pensé en que finalmente pude dejar de lado los momentos difíciles en mi carrera, en los que no me salían las cosas, el desprecio de técnicos que no me tenían en cuenta y la falta de gol. Llegó ese momento y solo disfruté. Levanté los brazos en agradecimiento y se me salieron las lágrimas de emoción.

La alegría caracteriza el ambiente dentro de la Selección, ¿lo vivieron así en el microciclo?
Es único. Te ríes con el resto de compañeros. Los experimentados te cuentan anécdotas sobre su paso por la Selección, hay mucha alegría y música en las concentraciones. Es increíble estar ahí. Al ser mi primer llamado, aproveché cada momento con la Selección.

En esta temporada su juego despuntó. ¿A qué atribuye su mejoría?
A la constancia de mi trabajo y a no desmayar en lo que quiero  alcanzar. Eso me ha permitido estar en este gran momento. En otros equipos siempre he creído que estaba en un buen nivel, con buen fútbol, pero no me consolidaba. Ahora mi trabajo se complementa con goles, ya era hora de que esté en este lugar. Cuando un delantero no anota, se puede decepcionar; pero ser goleador era el sueño que le pedí a Dios y se ha cumplido.

¿En Universidad Católica encontró su lugar?
La verdad, sí. Porque disfruto todo lo que hago, me siento cómodo. El grupo es muy agradable, todos queremos hacer historia y surgir en el fútbol ecuatoriano. El ‘profe’ (Jorge) Célico es un técnico muy ofensivo, y lo demostramos en cada partido cuando siempre vamos a atacar. He tenido una relación muy buena con el ‘profe’ desde 2009 en Técnico Universitario y sabe lo que puedo aportar al equipo como jugador y persona.

México tiene una liga de fútbol que le sienta bien a los jugadores ecuatorianos. En 2012 jugó en el Puebla y no se consolidó. ¿Qué inconvenientes se presentaron?
Fue una mezcla de muchas situaciones. El cambio de entorno, la comida..., era la primera vez que salía de Ecuador. Además llegué a un club sin organización. Me contrató un dueño y cuando llegué allá ya lo habían sustituido y me quedé solo. Sé que va a haber otra oportunidad e iré con todas las ganas, porque lo veo como una revancha personal.

¿Sabe si estará en la nómina que se enfrentará a Holanda?
La verdad, no sé nada. Estoy tranquilo y voy a esperar la convocatoria del ‘profe’ Rueda.