Militante social en los tumultuosos años 70, defensor de un Estado fuerte y de las políticas sociales del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el técnico de la selección argentina, Alejandro Sabella, abandonó por primera vez su bajo perfil y mostró su lado político.       

Sabella, de 59 años, un exfutbolista habilidoso y de carácter introvertido, rompió el silencio y se animó, a menos de un mes del Mundial de Brasil, a hablar de otra cosa que no sea la Selección que comanda el astro del FC Barcelona Lionel Messi.

“Desde chico ya escuchaba y leía lo que profesaba el peronismo”. Ello marcó “mi necesidad de estar siempre al lado de la solidaridad y de la distribución de la riqueza por una sociedad más justa, más igualitaria en donde todos” puedan “tener las mismas oportunidades”, dijo esta semana el estratega.  

El entrenador eligió a un medio alternativo, todo un símbolo de sus ideales políticos. Le concedió un reportaje exclusivo a la revista La Garganta Poderosa, hecha por habitantes de villas miserias, como se conoce a los barrios pobres en el país sudamericano.   

La revista le ha hecho reportajes a figuras de la talla de los presidentes José Mujica, uruguayo, y Evo Morales, boliviano, y al propio Messi, entre muchísimos otros.

La portada siempre refleja la misma estética: un primer plano del rostro del entrevistado con la boca bien abierta, mostrando su ‘garganta poderosa’.

Sabella asumió como técnico de la Selección Argentina tras el fracaso de la ‘albiceleste’ en la Copa América del 2011. Reemplazó al ex campeón mundial en México 1986 Sergio Batista, que a su vez había tomado la posta de Diego Maradona en Sudáfrica 2010.

Sabella es, a simple vista, lo contrario del astro argentino: tímido, introvertido, siempre lejos de declaraciones altisonantes y de un muy bajo perfil que transmite seriedad. Pero ambos comparten la defensa de los principios sociales.

En la entrevista, en el último número de la revista, Sabella contó que fue militante social en los años 70 y reivindicó incluso a la juventud peronista de entonces, muchos de cuyos integrantes eligieron la lucha armada. Era “una juventud idealista que pensaba en un país mejor”, apuntó en el diálogo.

Sabella contó que en esos años trabajó en barrios populares “en distintas actividades sociales en lo que pudiera colaborar con los que más necesitaban”. Sobre sus ideales políticos, fue muy claro: “El Estado –dijo- tiene que estar presente para regular la política y marcar una línea. No podemos esperar que rebalse la teoría del derrame porque eso es una mentira”.

El técnico también elogió al Gobierno argentino: “es el que más ha pensado en un país federal y distributivo, para darle acogida a los que menos tienen”, apuntó.

La toma de posesión política de Sabella –desconocida públicamente por los hinchas- encuentra al técnico de la Selección en un momento complicado por su rechazo a incorporar al ‘jugador del pueblo’ y estrella de Juventus, Carlos Tévez, a la lista de 30 preseleccionados que irán al Mundial.

Las críticas de los hinchas han sido despiadadas en los foros. Y sus declaraciones a la revista Garganta Poderosa profundizaron estas críticas entre los argentinos que se oponen al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En varios foros de internet se leían mensajes como “ahora quiero que la selección pierda en primera ronda” en el Mundial de Brasil.

La ausencia de Tévez ha acaparado los debates entre los fanáticos. Sabella privilegió la armonía de un grupo armado en torno al liderazgo indiscutido de Messi. Y Tévez, de una gran personalidad, podría ser un factor de disidencia en el plantel. Incluso la prensa argentina menciona actitudes de Tévez que en el pasado causaron malestar entre sus compañeros.

Pero los especialistas destacan el pragmatismo de Sabella de cara al Mundial. “De jugador zurdo, fino y algo estático, que ganó dinamismo cuando se fue a Inglaterra (donde jugó en el Sheffield United), Sabella se convirtió en un técnico pragmático, que puede pasar de un esquema a otro, para elegir siempre el que mejor sirva para sus objetivos”, dice a EL TELÉGRAFO el columnista del diario La Nación Ezequiel Fernández Moores. 

“Más bien cauteloso, amigo del 3-5-2 o 4-4-2, Sabella cambió en Argentina al 4-3-3 porque Messi avisó que no le gusta jugar solo arriba y porque, además, Argentina es una selección con excelentes atacantes, pero con menor jerarquía en el medio y en defensa”, apuntó Fernández. “Su misión más difícil en Brasil será equilibrar ese desequilibrio”. Argentina debutará en el Mundial el 15 de junio ante Bosnia.