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Perlaza y Zumba se ríen de quienes los critican en sus malos momentos

Perlaza y Zumba se ríen de quienes los critican en sus malos momentos
01 de noviembre de 2012 - 00:00

Las coincidencias entre José Luis Perlaza y Wilmer Zumba son varias. No tienen Twitter, ni Facebook, ven poca televisión nacional y ambos han sido criticados últimamente por errores que le costaron puntos a sus equipos, Barcelona y Emelec, respectivamente.

Sin redes sociales, ambos evitan ver los comentarios negativos que se han vertido en su contra luego de anotar un gol en contra, en el caso de Perlaza, y de recibir un tanto “bobo” (como lo cataloga el propio Zumba) en el encuentro de Emelec ante Olmedo. Ahora, a tres días de que se juegue el Clásico del Astillero (domingo 17:00 en el estadio Monumental) el zaguero “torero” y el golero “eléctrico” cuentan cómo es su vida tras los momentos difíciles.

Teniendo a la familia como su mayor apoyo, Perlaza indica que trata de sacarse el tema de la mente lo más rápido. “No pienso en lo sucedido durante el partido. Cuando llego a mi casa, trato de salir con mi familia, voy a pasear, nunca me escondo, siempre pongo el pecho a las balas”. El jugador está casado con Ana Cangá y es padre de Valeska (11 años) y Luigui (5).

El zaguero anotó en propia puerta en dos ocasiones en la misma semana. El miércoles pasado marcó “a favor” de Gremio de Porto Alegre, por Copa Sudamericana, mientras que el domingo lo hizo ante Técnico Universitario, por el torneo local.

“Esos autogoles se dieron, como también se dieron los goles para salvar la categoría (en 2010 Barcelona estuvo cerca de descender), pero yo no me enfoco en eso, ni en los halagos, ni en las críticas. Lo que sí espero es que la gente se acuerde de mí porque anoté el gol del título a Barcelona... espero marcar en la final. Los que me criticaron, luego me abrazarán”.

El ex Olmedo indica que no guarda resentimientos para quienes lo critican. “La gente vive el momento, es normal y entendible que por ratos se le carguen a un jugador. Pero hay quienes sí buscan hacerle mal a un futbolista.  Si ahora hay críticas, luego vendrán los aplausos”.

Algo que destaca el defensa es que “a todos en el fútbol nos ha tocado tener un momento malo. A Narciso (Mina) se lo criticó mucho (por su falta de gol en dos meses), pero esto le sirvió bastante, ya que ahora ha marcado tres tantos en seguidilla. La única forma de salir del mal momento es con empeño y trabajo”.

Justamente a Zumba le tocó vivir ese momento difícil dos semanas atrás, cuando Emelec empató 1-1 en Riobamba con Olmedo. Ahí el golero recibió un gol en una jugada en la que el balón parecía fácil de controlar. “Era un partido que teníamos controlado y me tocó fallar ese gol. Me dio bronca cuando me pasó y enseguida me pregunté: ‘por qué me pasa esto a mí’, pero luego todo vuelve a la normalidad”.

Zumba cuenta  que cuando tiene malos ratos en el fútbol, viaja. “Yo me libero de esas tensiones con mi familia. Trato de irme a la playa, quedarme todo el día y regresarme a Guayaquil de noche. Cuando hay goles así, me quedan preguntas en la cabeza y esas preguntas me las despejo en la playa. Paso en familia y le pido a Dios que me ayude”.
Wilmer está casado con Sofía Neacato, con quien tiene dos hijos, Sebastián, de 10 años, y Martín, de 3. “El mayor me dice que quiere ser como el ‘Cuqui’ (Carlos Alberto Juárez) y el menor que va a ser mejor arquero que yo”.

El guardameta indica cómo fue su reacción tras el gol recibido. “Me quería morir, porque me hicieron un gol ‘bobo’. Enseguida pensé en lo que podían decir mis compañeros, en si el técnico me va a sacar... se me cruzaron muchas cosas por la cabeza”.

En el último encuentro de Emelec, el domingo ante Macará, Zumba, quien no atajó, recibió el apoyo de la hinchada, que coreó su nombre. “La gente se da cuenta de que yo me esfuerzo”, expresa el golero orense, quien dice además que ahora las personas lo reconocen más en las calles. “La semana pasada creció mi popularidad, los hinchas se acercaban a tomarse fotos conmigo”.

Para el psicólogo Eduardo Tigua, quien ha trabajado en Barcelona y Emelec, los técnicos deben  hablar con los jugadores que reciben fuertes críticas tras cometer errores. “La primera pregunta que se le hace a un jugador en estas situaciones es si desea descansar, si quiere unos días libres. La presión va saturando al jugador, ya que la gente lo coge para burla y eso mengua su rendimiento”.

Para Tigua, quien laboró en la temporada de 1985 con los “eléctricos” y desde 1986 hasta 2005 (con algunas interrupciones) en el elenco “canario”, “el psicólogo del club o el técnico deben manejar el ánimo del jugador y la autoestima, ya que en esas áreas los futbolistas se caen bastante. El jugador de fútbol debe estar bien mentalmente para rendir al máximo”.

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