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El Telégrafo
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La Virgen de Agua Santa guiará el desempeño de Vera

La Virgen de Agua Santa guiará el desempeño de Vera
24 de junio de 2011 - 00:00

La imagen de la Virgen de Agua Santa, patrona de los árbitros de Tungurahua, y la foto familar donde están sus 4 hijos y su esposa Nadia Moreira fueron los principales artículos que incluyó la maleta del juez ecuatoriano Carlos Vera, que ayer viajó hasta suelo argentino. Actuará por primera vez en  Copa América.

“Es un compromiso mayor y voy a dejar muy en alto el arbitraje nacional”, señaló el manabita que mañana cumple 35 años.

Los reglamentos y los pitos desde muy temprano fueron parte de su vida. De su padre, el ex asistente 1 Ramón Vera, heredó el gusto por el arbitraje. Después siguió el camino trazado por su hermano mayor Sandro, quien también es juez central.

A los 20 años se vinculó al mundo del pito. Viajó hasta la ciudad de Ambato para cumplir el curso de arbitraje y cuando se graduó comenzó el andar en el fútbol barrial, colegial y segunda categoría.

Un lustro transcurrió para que logre su ascenso a primera división. En 2006 alcanzó la escarapela FIFA y desde ahí ha tenido constantes viajes por América. La Copa Sudamericana y la Libertadores engalanan su hoja de vida.

Precisamente de este último torneo guarda la mayor anécdota. Ocurrió el año anterior en el país de la “Estrella Solitaria”, donde se enfrentaron por el paso a cuartos de final la Universidad de Chile y Alianza Lima de Perú.

El marcador terminó empatado 2 a 2 con un gol controversial marcado a los 90 minutos por Felipe Seymur, en favor de los dueños de casa, que Vera dio por válido; mientras su compañero y coterráneo en la línea 1, Luis Alvarado lo anuló por posición adelantada. “Fue algo controversial en ese instante, pero al final la Conmebol nos dio la razón. No nos equivocamos en nuestra decisión”.

Precisamente Alvarado será su compañero en esta travesía internacional. Actuarán juntos en los distintos cotejos para los que sean programados por el comité organizador. “Al momento lo único que sabemos es que debemos ir a Córdoba para las pruebas físicas y técnicas. Después se sabrá si superamos esas exigencias y qué partido nos toca dirigir”.

Para afrontar esa responsabilidad, Vera se preparó en la Casa de la Selección, al nororiente de Quito, y tuvo la colaboración del ex asistente internacional Bommer Fierro. “Estar en estas instalaciones ha sido lo mejor que pudimos recibir”.

En el torneo ecuatoriano arbitró las finales del campeonato nacional de 2009 y 2010. Pero en su mente aún está latente el Clásico del Astillero que dirigió en septiembre de 2007,  donde perdió la vida el pequeño Carlos Cedeño, hincha de Emelec.

“Ese es un partido que si podría retroceder el tiempo no me gustaría  dirigirlo, no por lo que ocurrió en el gramado, sino por las cosas extra deportivas que involucraron y sobre todo por el fallecimiento de un ser inocente”.
A la par de su manejo arbitral logró la licenciatura en Educación Física, profesión que la ejerce en el Colegio Nacional Portoviejo, en donde imparte clases a los primeros años de enseñanza secundaria.

“Siempre me ha gustado instruir a los jóvenes y tratar de transmitirles un poco de mi experiencia”.
Lejos del gramado y de la docencia es padre de familia. Con su esposa Nadia Moreira, también manabita, tiene 4 hijos que crecen en el cantón Junín, donde él también se formó,   pese a haber nacido en Chone.

El mayor del “clan” Vera-Moreira  es Carlos, que tiene 17 años, luego está Matheus (10), sigue Dida (4) y el más pequeño Matías, de 4 meses. Ellos anhelan seguir los pasos de su progenitor. El en cambio desea verlos lejos de esta actividad. “Ser árbitro es muy complicado, se necesita una personalidad muy fuerte para asimilar todas las críticas”, confesó.

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