El surfista estadounidense Garrett McNamara ha hecho lo imposible: desafiar una ola de 30 metros y salir ileso. La hazaña la realizó en la playa de Nazaré, en Portugal, ante la mirada impávida de un centenar de personas que observaba algo inimaginable.

“Fue de lejos la cosa más loca y más aterradora que he hecho”, dijo McNamara a este diario vía telefónica luego de pulverizar su propio récord mundial (estaba en 23,7 metros de altura, en 2011). Ahora espera el aval de la organización Guinness.  
McNamara, de 45 años, sorteó, según varios expertos que estaban en el lugar, una ola que tenía más de 100 pies, es decir, 30,4 metros, superando la marca en casi 7 metros. El surfista afrontó, en términos reales, un edificio de 10 pisos sin tener consecuencias.  

Nazaré es una playa larga y ligeramente curva, con arena granulosa y áspera. Suele tener por esta época enormes olas que, junto a las Big Jaws, en Hawái, son las más altas del mundo. El Telégrafo habló con el deportista, en exclusiva, luego de la proeza.

¿Cuál ha sido su mecanismo de preparación para estar en óptimas condiciones y afrontar el riesgo?
Tu cuerpo puede estar listo al ciento por ciento, pero es la mente la que te hace poderoso. Puedes estar físicamente perfecto, pero si mentalmente no estás metido en lo que vas a hacer todo puede resultar mal. Esta vez la cosa  salió bien, por fortuna.

¿Cómo sabía que era la ola adecuada para romper su propio récord Guinness?
Uno no sabe eso. Nadie lo sabe, ni siquiera los que están viendo el espectáculo en la playa. Tengo una misma rutina: veo los mapas de todos los días y la ubicación de las olas para ver dónde están las más grandes y desafiarlas. Me encanta surfear olas grandes, pero nunca estoy buscando en cuál meterme para batir récords.

Tras la cabalgata, ¿cuál fue el primer pensamiento que tuvo al llegar a la playa?
“¡Eso sí que fue divertido!”, me dije. Es decir, nada extraordinario, la verdad. Mi vida es surfear y por fortuna apareció la ola, pero de lo contrario diría lo mismo: ¡Eso sí que fue divertido!

¿Hubo algún momento peligroso con la ola de 30 metros?
Yo no me di cuenta hasta después de un rato de estar en la tabla y antes de afrontar la ola que estaba en un lugar muy peligroso. Incluso le había dicho a mi esposa que nunca navegaría en este lugar específico, pero poco a poco el agua me fue llevando. Gracias a Dios, por Kealii y Kamaki (sus hijas), estoy a salvo.

¿Cuánto tiempo duró “a bordo” de esta ola?
Son segundos largos. Uno siente que tarda eternidades en llegar al fondo de la ola, y sí, son eternidades. Sin duda ha sido la mayor caída de mi vida.

¿Desde cuándo está en la playa de Nazaré, en Portugal, y por qué  eligió ese día para tratar de “escalar” la ola?
Observé el sistema de la tormenta durante una semana y nunca había visto condiciones ideales. Pero decidí salir porque vi que todo cambiaba, y lo sabía. Conozco la zona porque he surfeado cerca de allí desde el año 2010.

¿En qué consiste su rutina cotidiana, la forma de conciliar su faceta de deportista con la de hombre hogareño?
Hago un montón de yoga, como bien y me encantan los videojuegos, tanto como sea posible. También tienes que entrenar, como he dicho, tu mente y ser justo contigo mismo.

¿A qué teme luego de enfrentar olas que parecen dragones?
Si tienes miedo, entonces significa que no has vivido el momento. O se está anclado en el pasado o te preocupas por el futuro. Lo importante es no pensar esas cosas y vivir cada momento, eso es ser justo. Sigue tu corazón y el miedo no existirá.

¿Aceptará la organización Guinness el récord?
No tengo ni idea. No es realmente importante. Creo que cada uno debe decidir por sí mismo sus logros.

¿Cuál es su meta ahora o su próximo proyecto?
Ahora, viajar a mi casa y disfrutar de mi propiedad en Hawái con mi esposa e hijos y seguir en la búsqueda de olas perfectas. Simplemente divertirme y disfrutar de la vida.