La Copa Confederaciones que inicia mañana es considerada por la FIFA como un “ensayo general” para el Mundial que el próximo año se disputará en Brasil. Este torneo le permitirá a los “auriverdes” poner a prueba su capacidad de organización y ver cómo funcionan la mitad de los estadios que construyeron para la máxima cita del fútbol mundial. No obstante, no todo lo que se prometió está listo.  

Las seis ciudades en que se disputará la Copa Confederaciones, entre el 15 y el 30 de junio (Río de Janeiro, Brasilia, Salvador, Recife, Fortaleza y Belo Horizonte), concluyeron sus estadios. Unas lo hicieron con obras de última hora, aunque no todo está listo en lo que respecta a  aeropuertos, transportes, telecomunicaciones y alojamientos.

Las otras seis ciudades sedes del Mundial (Sao Paulo, Porto Alegre, Manaos, Natal, Cuiabá y Curitiba) aún no han terminado la construcción de sus estadios y menos aún toda la infraestructura prometida.

El propio presidente de la FIFA, Joseph Blatter, reconoció hace una semana que, a un año del Mundial y a días del torneo que será su “prueba de fuego”, los estadios están bien encaminados, pero aún se encuentran pendientes obras necesarias para recibir y atender a los hinchas.

Según un informe de la FIFA, levantado después de una inspección a las ciudades sedes,  aún faltan “condiciones adecuadas” para los aficionados en los aeropuertos, para acomodarlos y ofrecerles transporte hasta los estadios.

Para la Copa Confederaciones Brasil espera muchos menos visitantes que para el Mundial y un público en su mayoría brasileño.

Con una inversión cercana a los 16,5 billones de dólares en infraestructura, ese país se prepara para recibir a 600 mil turistas internacionales y a 3 millones nacionales, según proyecciones del Ministerio de Turismo “carioca”.

Los turistas que acudan a la Copa Confederaciones podrán asistir a 16 partidos entre 8 selecciones en 6 ciudades y durante 15 días; mientras que en el Mundial se disputarán 64 cotejos entre 32 selecciones en 12 sedes y durante un mes.

Con excepción de los estadios, las demás obras están atrasadas en todo el país y algunas pueden no ser concluidas antes del Mundial.

El Sindicato Nacional de Empresas de Telefonía ha admitido que no todas las ciudades sede de la Copa Confederaciones ofrecerán la prometida cobertura completa de telefonía móvil de 4G.

DATOS

Los Ministerios del Interior del Mercosur acordaron la semana pasada ampliar las medidas de seguridad a nivel regional en torno a la Copa de las Confederaciones  

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció que 33.500  militares fueron enviados a las fronteras del país para fortalecer las seguridades durante el torneo.    

Salvador, la tercera ciudad en tamaño e importancia de Brasil, con más de 2,7 millones de habitantes y un alto índice de criminalidad, todavía no divulga su esquema de seguridad para la Copa.La Asociación Nacional de Transportadores de Pasajeros sobre Rieles, por su parte, expuso la semana pasada que ninguno de los cinco nuevos sistemas de transporte público programados podrá ser utilizado desde esta semana.  

Los metros de Brasilia y Salvador, incluso, fueron excluidos de la lista de obras por diferentes razones. Entre los proyectos que más preocupan figuran los aeropuertos, que el Gobierno prometió modernizar y ampliar, pero con obras que se extienden hasta el 2018.

Las operaciones del aeropuerto de Río de Janeiro, uno de los más cuestionados, serán otorgadas a la empresa  privada a finales de este año, por lo que su nuevo gestor tendrá pocos meses para ponerlo al día.   

Pese a que las ciudades sede han aumentado su capacidad hotelera incluso por encima de la exigida por la FIFA, la preocupación en esta área radica en los precios abusivos por el hospedaje, que han convertido a Río, por ejemplo, en uno de los destinos turísticos más caros del mundo.

 En el capítulo seguridad, unos 3.000 policías y 2.000 agentes privados vigilarán las ciudades sede. Serán apoyados por hasta 5.000 militares, de los cuales 1.200 son especializados en la lucha contra el terrorismo y las armas químicas.

La reconquista de decenas de favelas de Río, iniciada en 2008 por el gobierno, continúa y ha mejorado la seguridad, aunque hay esporádicamente tiroteos en zonas ya “pacificadas”. La seguridad del torneo estará a cargo del Batallón de Choque, un grupo de élite , equipado con modernos equipos y tecnología.