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”Alcides” y “Niurca” conocieron el doping
Luego de dar positivo en un control antidoping, la carrera de “Alcides” (nombre protegido) cambió drásticamente. No faltó quien lo criticara y estigmatizara. Aunque experimentó buenos momentos gracias al balompié de primera división, una de las peores experiencia de su vida es haberse dopado.
“Alcides” no recuerda en qué pensaba cuando aceptó la recomendación de un “compañero” de equipo, quien le dijo que usara testosterona (esteroides anabólicos) para aumentar su masa muscular y, por ende, su rendimiento. El producto se lo vendió una persona ajena a la actividad deportiva, quien traía esas sustancias del extranjero. Pagó 1.200 dólares por el fármaco.
El día que salió sorteado para el control antidopaje sintió temor, las repercusiones en su carrera podían ser determinantes. No se equivocó. Tras el informe positivo en doping fue sancionado con dos años de suspensión. Mucha gente le dio la espalda, tuvo que retirarse del balompié profesional.
El caso de “Niurca” (nombre protegido) es diferente. No dio positivo en un control antidopaje, pero al enterarse de que el producto que usaba durante su entrenamiento contenía sustancias estimulantes, prefirió no presentarse a competir.
“Niurca” amaba el atletismo. Su especialidad eran las pruebas de fondo. Aunque no recuerda bien cómo nació la idea de comprar aquel fármaco, se arrepiente de haberlo hecho. Nunca debió hacer caso a los “consejos” de una compañera, quien primero le habló de las “bondades” de la sustancia y luego se la vendió en 200 dólares.
La vergüenza pudo más. Paulatinamente abandonó la actividad
y se retiró a los pocos meses.