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Las hierbas medicinales pueden reducir el efecto de los fármacos

Son pocos los pacientes que informan a los médicos sobre el consumo de estas plantas.
Son pocos los pacientes que informan a los médicos sobre el consumo de estas plantas.
25 de junio de 2016 - 00:00 - Andrea Rodríguez B.

Aunque las plantas medicinales prometen aliviar diferentes dolencias sin provocar efectos secundarios —como ocurre con los fármacos— también pueden interferir en la acción de un medicamento.

A través de diversos ensayos, la comunidad médica ha comprobado que cuando existe una interacción entre plantas y fármacos, hay una disminución significativa de la absorción de los medicamentos en el organismo humano. El problema es que muchas hierbas tienen efectos laxantes y provocan una disminución en la absorción de determinados elementos que están contenidos en las medicinas. Por esta razón, el consumo de plantas medicinales no siempre resulta beneficioso, en especial, cuando se toman medicamentos al mismo tiempo.

Juan Pablo García, médico uruguayo, asegura en el estudio Interacciones entre hierbas medicinales y medicamentos que la creencia popular de que lo natural no es nocivo es solo un mito, porque la gran mayoría de los efectos adversos de los productos naturales son provocados por sobredosis o por interacciones entre plantas medicinales y medicamentos tradicionales.

Lo que más preocupa a los médicos es que son pocos los pacientes que informan a los médicos cuando deciden tomar una hierba medicinal al mismo tiempo que el fármaco. Se ha comprobado que las plantas pueden contener mezclas complejas de sustancias químicas orgánicas que, al entrar en contacto con los medicamentos, pueden afectar el organismo.

Aunque no todos los casos son iguales, los especialistas han documentado que estas plantas pueden complicar la evolución del paciente, incrementar los efectos adversos o disminuir el efecto terapéutico deseado.

Armando Camino, médico psiquiatra ecuatoriano, explica que muchos medicamentos tienen componentes extraídos de las plantas y, por lo tanto, las plantas pueden potenciar la acción del medicamento prescrito o incluso erradicarla. “Hay fármacos que pueden producir somnolencia y, al mismo tiempo, hay plantas que también tienen un gran poder sedante y que pueden potenciar la acción del medicamento, es decir, aumentar los niveles de sueño”.

Hay sustancias provenientes de las plantas que también producen una estimulación del sistema nervioso central y medicación que también surte el mismo efecto.

“En Ecuador, por un tema de tradición, en diferentes regiones del país, se utiliza la ayahuasca o yagé, una bebida de los pueblos indígenas amazónicos. Todos sabemos que es un preparado alucinógeno que si se toma sin cautela puede ser perjudicial para la salud”.

El médico insiste en que cuando las personas mezclan fármacos con preparados medicinales pueden presentar problemas gastrointestinales. Por esta razón, recalca, es necesario hacer un uso adecuado de las plantas medicinales.

“Aunque sean naturales no son inocuas (que no hacen daño), ya que pueden provocar reacciones adversas o interactuar, a veces de forma negativa, con otros medicamentos”.

Para él, las plantas medicinales son buenas y efectivas, pero hay que saber qué estamos ingiriendo y para qué. Según Camino, hay muchas personas que confían más en las plantas medicinales que en los medicamentos, pero advierte que si bien estos productos poseen propiedades curativas, se debe conocer la dosis exacta a emplear, porque pueden provocar cuadros tóxicos.

Durante décadas, las plantas medicinales se han convertido en una alternativa terapéutica efectiva, pero algunas plantas pueden tener una alta concentración de sustancias activas que, al tomarlas en altas dosis, pueden comprometer la salud. Según el Libro Blanco de las Plantas Medicinales, el 70% de las personas en América Latina ha usado alguna vez diferentes hierbas medicinales para tratar problemas de salud y el 30% lo hace de forma habitual.

 

Su eficacia no está en discusión

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la importancia de las terapias tradicionales y su alcance en el ámbito mundial. Además creó una Oficina de medicinas tradicionales para promover su análisis, porque ha destacado que estas aún están poco reglamentadas. De igual manera, la propia OMS advierte que la atención primaria de salud de hasta en 80% de la población de los países en desarrollo se basa en la medicina tradicional. En distinta proporción y con diferente filosofía, en los países desarrollados muchas personas recurren a diversos tipos de remedios naturales porque consideran que natural es sinónimo de inocuo. La OMS también reconoce la existencia de pruebas empíricas y científicas que avalan, entre otros, los beneficios de la acupuntura, las terapias manuales y el uso de plantas medicinales en diversas afecciones crónicas o leves. La eficacia de la acupuntura, tratamiento popular para aliviar el dolor, fue demostrada tanto en numerosos ensayos clínicos como en experimentos de laboratorio.

Aunque la medicina natural resulta efectiva, la OMS también recomienda que, al igual que ocurre con la medicina convencional, esta también tiene que evolucionar y se deben promover mayores investigaciones científicas, porque, al disponer de más estudios, esta se fortalecerá aún más.

Hoy por hoy, miles de personas recurren a las plantas medicinales y, según los propios consumidores, el principal motivo para ello son los consejos familiares y la información sobre sus beneficios que se difunde en Internet y, por supuesto, en las redes sociales.

Como se prevé que Internet crezca aún más como medio de información en los próximos años, los consumidores tendrán que ser más precavidos con la información que encuentran en la Red.

Las personas, en realidad, están desprotegidas ante la generalización del contenido que se divulga por Internet, una herramienta que propicia el consumo de hierbas medicinales sin tener en cuenta las características específicas de cada persona. Por eso, es fundamental que los consumidores sean más cuidadosos a la hora de poner en práctica cualquier consejo virtual.

De acuerdo con un estudio publicado en el Libro Blanco de las Plantas Medicinales, una de las razones por las que se extendió el uso de estas hierbas es el fracaso muchos tratamientos médicos convencionales.

Aunque estas plantas ocupan un lugar destacado, sus defensores consideran que están amenazados por las compañías farmacéuticas que disponen de más recursos para emprender nuevas investigaciones. Por otro lado, es difícil patentar los medicamentos o principios activos obtenidos de manera directa de la naturaleza.

Para Fausto Clemente Orellana, médico del Hospital Metropolitano, hay ciertas plantas que pueden ser muy perjudiciales para la salud, como la insulina.

“Estas plantas son hepatotóxicas y venenosas para el ser humano. Al preparar las infusiones con esta planta de insulina, las personas pueden contraer hepatitis aguda fulminante. Esta hierba, realmente, representa un peligro y crece en nuestro país”.

Según el médico, en Ecuador hay ciertas plantas que son inocuas y que pueden ayudar al tratamiento de determinadas afecciones, pero hay otras que pueden producir alteraciones en el hígado.

Recomienda tomar plantas como la manzanilla y las aguas aromáticas elaboradas con las plantas de los huertos urbanos.

“El anís estrellado es muy bueno para evitar el exceso de gases y hay hierbas que funcionan como sedantes suaves. No hay una contraindicación absoluta, pero es preferible evitar la combinación de la fitoterapia (tratamiento con plantas) con el tratamiento farmacológico”.

Otra planta que puede causar molestias en el organismo, es la de ricino que crece sola y que tiene semillas, flores y hojas tóxicas. Masticar o tragar sus semillas puede causar náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.

También está la belladona usada en tratamiento oftálmico, por ejemplo, (no es común en Ecuador), cuyas atractivas bayas redondas de color púrpura y negras son altamente tóxicas.

Comer estas bayas puede causar somnolencia, enrojecimiento de la cara, fiebre, vómitos, confusión y alucinaciones. Esta planta es peligrosa especialmente para niños.

Con cuidado

Es necesario que cada persona controle todos los compuestos que toma, provengan estos de la farmacia, de centros naturistas o de simples infusiones naturales elaboradas en el hogar.

En Ecuador no existen estudios que revelen datos sobre el cultivo de plantas aromáticas y medicinales. No se conoce con certeza el número de hectáreas dedicadas al cultivo de estas plantas.

En Europa, varios movimientos de consumidores promueven una regulación de estas plantas, porque aún hay  gente que piensa, de manera equivocada, que las plantas medicinales son inocuas.

Los médicos insisten en que los remedios naturales pueden utilizarse en tratamientos caseros para curar enfermedades menores.

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