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El estrés en la niñez tiene efectos en la edad adulta

El estrés en la niñez tiene efectos en la edad adulta
17 de octubre de 2016 - 00:00 - Redacción de7en7

Quién dijo que los niños no se estresan?

Cada vez surgen más evidencias de que los menores enfrentan situaciones cargadas con un alta dosis de estrés.

 Estudiar, por ejemplo, puede ser una experiencia muy estresante. Con frecuencia, los alumnos no entienden lo que ven en clase, no se sienten cómodos con sus compañeros, tienen mucha carga de trabajo o mucha presión por parte de sus padres. Lo más preocupante es que difícilmente hablan del tema.

Una investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences relaciona experiencias infantiles adversas con un mayor desgaste fisiológico una vez que las personas que las han sufrido alcanzan la edad adulta.

Además, de la presión en los estudios, los niños se enfrentan a problemas en el seno familiar, como la separación temporal o definitiva de los padres ya sea por divorcio o muerte, enfermedades psiquiátricas, entre otros factores.

Lo que más preocupa a los especialistas es que el estrés sufrido en la niñez guarda una estrecha relación con peores datos de salud en las siguientes décadas de su vida, en particular, los indicadores de presión arterial, los triglicéridos o el cortisol. Sobre este mismo aspecto, los investigadores de la Universidad Paul Sabatier de Toulousse, en Francia, llegaron a la conclusión de que los niños que sufrieron una adversidad tienen en promedio en su vida adulta un nivel socioeconómico y educativo más bajo”.

Por otra parte, “son más propensos a adoptar comportamientos de riesgo para la salud, como fumar, consumir alcohol o tener un índice de masa corporal superior”. Esta enfermedad, que afecta de igual modo a los pequeños de ambos sexos, se puede diagnosticar a partir de una serie de síntomas que puede presentar el niño. Estos son el bajo rendimiento, la falta de ganas de acudir al colegio o las malas relaciones del alumno tanto con sus compañeros como con los profesores.

Para la psicóloga ecuatoriana Mariana Castro, los menores no siempre están conscientes de que están atravesando períodos de fuerte estrés. 

“En muchos casos estas situaciones estresantes que pueden enfrentar tanto en el entorno estudiantil como en el familiar se ponen en evidencia  con diferentes malestares: dolores de cabeza, dolor abdominal, depresión, llanto fácil por cualquier circunstancia, e incluso, irritabilidad”.

Además, su conducta en clase también cambiará, así como su rendimiento, que será más lento. Según la especialista, se ha demostrado que uno de los principales efectos del estrés es la reducción de las defensas orgánicas de los niños, lo cual eleva la posibilidad de que sean vulnerables a las infecciones.

Una reciente investigación realizada por Ana Paulina Valdez, de la Universidad Autónoma de Guadalajara, advierte que  la escuela y la familia son los puntos centrales en la vida de los niños. “Esta se puede ver afectada por diversas situaciones que interfieren en su desarrollo. Muestra de ello, es el estrés infantil que afecta a la conducta del niño de forma temporal o permanente, por lo que es preciso detectar el tipo de interacciones que en estos entornos provocan estrés en los infantes”. Mariana Castro indica que es clave brindar mayor a los niños y niñas y enseñarles a controlar el estrés.

Una forma de hacerlo es limitar la presión al que se puedan estar sometiendos si se evita la sobrecarga deactividades extraescolares. A los infantes siempre hay que darles la oportunidad de tener más tiempo libre para desarrollar actividades extraescolares.

La psicóloga también hace énfasis en la necesidad de ayudar a los niños a pensar en nuevas actividades para propiciar su participación activa, aportar buenas ideas y disfrutar de actividades en común para crear confianza y cercanía. Otra de las opciones para manejar mejor el estrés infantil es la práctica del yoga que, al mismo tiempo, contribuye a detectar problemas de comportamiento y prevenir futuros problemas de conducta tanto en el contexto escolar como en el familiar.

El yoga —como señala un artículo publicado en el diario La Razón— ayuda a los menores a aumentar su concentración, disminuir su ansiedad y su agresividad, reforzar su autoestima y ayudarles a afrontar los conflictos de una forma relajada y más reflexiba.

Para la psicóloga Vivian Rangel, el estrés en los niños podría definirse como una reacción a una energía desconocida y amenazante producida por un evento difícil de controlar en el que se afecta el equilibrio psicológico, biológico y emocional.

“Son momentos que los niños y niñas deben aprender a resolver o adaptarse para elaborar sus etapas de una manera saludable”. 

Los efectos del estrés en la salud son tan graves que incluso pueden provocar asma, una enfermedad que, según la revista Thorax,  puede cuadruplicar el riesgo de que los niños sufran un ataque de asma.

Para valorar el estrés infantil, los investigadores pidieron a 60 niños de 6-13 años, que sufrían asma desde hacía al menos tres años, que llevaran diarios durante 18 meses en los que registraban los brotes agudos de asma y su capacidad respiratoria (medida con un espirómetro). Los principales acontecimientos estresantes fueron el cambio de casa, los nacimientos, las muertes y las partidas, las enfermedades (excluida el asma), las separaciones y los problemas familiares.

Cuando los investigadores analizaron toda la información, llegaron a la conclusión de que los niños tenían cuatro veces más probabilidades de experimentar un empeoramiento repentino de los síntomas en los dos días siguientes al hecho estresante experimentado.

Y después de un periodo de estabilización, el riesgo de que los síntomas empeoraran nuevamente se duplicaba transcurridas entre cinco y siete semanas.

Cada vez más evidente que la adversidad en el entorno social del niño aumenta la probabilidad de desarrollar altos niveles de angustia.

Por esta razón, se  insiste en impulsar estrategias de prevención  temprana centradas no solo en el niño, sino también en sus circunstancias sociales pueden ser una forma efectiva de reducir los efectos nocivos duraderos del estrés.

Cuídelos

Pensar que el estrés es solo cosa de adultos es un error, porque los más pequeños también son vulnerables. Presentan síntomas parecidos como nerviosismo.

Los retos y expectativas deben ser acordes a su edad y a sus aptitudes. Los padres también deben evitar las comparaciones con otros hermanos o amigos.

Es importante que  el niño duerma lo suficiente diez es el número recomendado) para cumplir con las tareas del colegio y con las actividades  extracurriculares.

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