La obra teatral Yerma (1934), original de Federico García Lorca, aborda el tema de la maternidad. Y aunque lo hace en el contexto social del siglo pasado, las implicaciones siguen siendo las mismas de hoy.

Sobre aquella idea gira la producción que el grupo Átomo Danza Teatro presentó en el Teatro Variedades Ernesto Albán de Quito, el viernes 5 y sábado 6 de julio.

Interpretada por la actriz Michelle Chávez, en el papel de Yerma, la obra nos transporta en el tiempo para contemplar sus deseos, pero también sus peores temores acerca del anhelo de concebir un hijo para complementar su existencia.

La historia es narrada por la misma Yerma, a través de sus recuerdos y también de fantasías. Todo eso al compás de melodías y bailes entre géneros como el albazo y la marimba y ritmos más contemporáneos.

“Fue un reto, porque ella desea ser madre. En cambio yo no quiero ser madre”, cuenta Chávez acerca de lo que significó para ella ponerse en la piel de Yerma.

La escenografía y los vestuarios representan el ambiente de hacienda que caracteriza a esta obra sobre la represión hacia la mujer en el entorno social y religioso de las zonas rurales.

Una represión que se ve sobre todo en el personaje que interpreta Javier Ordóñez. Juan, esposo de Yerma, en una de las escenas le dice: “Las ovejas en el redil y las mujeres en su casa. Tú sales demasiado”.

En la obra hay también una Yerma mucho mayor, encarnada por la actriz Caymo Pizarro, quien narra gran parte del relato.

 “Es que la obra gira en torno a los recuerdos y alusiones de la Yerma Vieja, porque al crecer quedó como loca”, dice César Alvarado, de Átomo Danza.

Las escenas de baile estuvieron a cargo de Corpodanza. En total fueron 24 artistas entre actores y bailarines quienes pusieron en escena Yerma, que junto con Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba, conforman la Trilogía Lorquiana. (I)