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Una muestra de EE.UU. de los años 30 analiza la protesta social

La pintura ‘Paisaje americano’ (1930), de Charles Sheeler, está en la sección ‘Vida industrial’ de la muestra.
La pintura ‘Paisaje americano’ (1930), de Charles Sheeler, está en la sección ‘Vida industrial’ de la muestra.
Foto: internet
13 de marzo de 2017 - 00:00 - Leonardo Boix, corresponsal en Londres

El impacto devastador que tuvo la Gran Depresión -crisis económica iniciada en Wall Street y que se extendió a escala mundial durante la década de 1930- llevó a que Estados Unidos experimentara enormes transformaciones políticas y sociales, impulsadas por una urbanización masiva, por desafíos de una pujante industrialización y los flujos inmigratorios.

Artistas de la talla de Hart Benton, Georgia O’Keefe, Philip Guston, Edward Hopper, Alice Neel y Jackson Pollock, entre otros, intentaron capturar esos rápidos cambios sociales y culturales, buscando al mismo tiempo redefinir la identidad estadounidense en sus obras, dando inicio a un profundo debate acerca del futuro artístico de esa nación.

Hasta el próximo 4 de junio, Royal Academy de Londres presenta la exposición America after the Fall: Painting in the 1930s (‘Estados Unidos después de la caída: Pintura en los años 30’), un interesante recorrido que narra el turbulento clima económico, político, social y estético que dominó ese decenio tras el llamado ‘crac de Wall Street’ en 1929, la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en EE.UU.

Durante ese período, al menos 12,8 millones de estadounidenses quedaron sin trabajo, y el país registró un índice récord de desempleo, que se disparó hasta el 25,2%.

Miles de trabajadores desempleados y hambrientos salieron a las calles a demandar cambios y reformas laborales urgentes, en medio de crecientes huelgas en sectores como los de la minería, la agricultura, el transporte y el espectáculo.

El inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939, la subida al poder del presidente Franklin D. Roosevelt y el bombardeo de Pearl Harbor en 1941 -que llevó a Estados Unidos a declarar la guerra a Japón y, posteriormente, a Alemania e Italia- marcaron el final de una turbulenta época de grandes quiebres (crac!) sociales, demográficos y culturales en esa nación.

La muestra en la Royal Academy -que incluye 45 pinturas de los grandes artistas de ese período y que fue organizada en colaboración con el Instituto de Arte de Chicago, y los museos parisinos de Orsay y de la Orangerie- cuenta entre sus cuadros con el icónico ‘American Gothic’ (1930), de Grant Wood, una pintura que ilustra de forma paradigmática a un granjero sujetando una horca (tridente) y a una joven mujer, ambos frente a una casa de estilo gótico rural.

Se trata de una de las pinturas más conocidas del arte estadounidense del siglo XX y un ícono en la cultura popular. También se convirtió en una de las imágenes más reconocidas y parodiadas del mundo moderno.

Durante la gran crisis -período de grandes cambios sociales y económicos-, los artistas norteamericanos de la época experimentaron con una gran variedad de técnicas y estilos, desde la abstracción y el regionalismo, pasando por el surrealismo y el realismo con el fin de retratar temas coyunturales como el populismo, las luchas de los trabajadores, la protesta social o los desafíos de los inmigrantes y la comunidad negra ante el imperante racismo, temas que siguen hoy vigentes ante la subida al poder del republicano Donald Trump, presidente de EE.UU.

A través de su obra, muchos de estos artistas intentaron reparar la dañada democracia luego de años de caos político y económico y, en algunos casos, fueron precursores de grandes movimientos de posguerra en Estados Unidos, como el expresionismo abstracto o el arte pop.

El recorrido de exposición en la Royal Academy quedó dividido en 6 secciones principales, y comienza con el capítulo ‘Vida industrial’, donde se incluyen cuadros de artistas que buscaron lidiar con temas como el poder de la producción y el trabajo en masa.

Una de las obras más fascinantes allí es ‘Paisaje americano’ (1930), de Charles Sheeler, que logra capturar de forma sutil los desafíos de la industrialización en la convulsa sociedad moderna.

O también ‘Pat Whalen’ (1935), de Alice Neel, sobre el conocido activista del comunismo y gremialista que sostiene un ejemplar del diario Daily Worker anunciando una huelga de trabajadores. Neel, una apasionada por las políticas de izquierda, fue una de las grandes artistas de la época en retratar la lucha por los derechos de los trabajadores.

En la sección ‘Vida urbana’, el tema central son los entretenimientos masivos de la ciudad, en especial de qué forma las urbes norteamericanas cambiaron masivamente con la llegada de grandes flujos inmigratorios, de los continentes africano, europeo y asiático.

Allí se incluyen dos de los cuadros más importantes de Hooper, ‘New York Movie’ (1939) y ‘Gas’ (1940): el primero sobre la alienación en las grandes ciudades a partir de una escena en un cine con una mujer solitaria y pensativa y, el segundo, que ilustra el éxodo de trabajadores representados en la imagen de un hombre trabajando en una solitaria gasolinera fuera de la ciudad.

En ‘Vida de campo’, el enfoque está puesto en los llamados artistas regionalistas, en especial Thomas Hart Benton, que buscó idealizar un Estados Unidos rural en un proceso rápido de desaparición. Uno de sus cuadros más impactantes, ‘Recolectores de algodón’ (1945), muestra a un grupo de trabajadores negros y empobrecidos laborando bajo el intenso calor del mediodía en un campo de algodón, mientras uno de sus niños recién nacidos intenta dormir protegido del sol.

También se incluye allí una de las obras maestras de Georgia O’Keeffe, ‘Cráneo de vaca con rosas calicó’ (1931), símbolo de un pasado rural en vías de extinción.

El trauma de los años 30, provocado por la llegada del Fascismo como por las incertidumbres económicas, es explorado en detalle en la sección ‘Visiones distópicas’, con trabajos de gran impacto visual como ‘Bombardeo’ (1937), de Philip Guston, un cuadro que revela las aterradoras consecuencias de la violencia, los conflictos bélicos y el quiebre social previo a la guerra.

Finalmente, ‘Mirando al futuro’ presenta trabajos de artistas más experimentales como Arthur Dove y Jackson Pollock, quienes crearon dinámicas pinturas abandonando la figuración, dando paso a movimientos como el expresionismo abstracto.

‘Sin título’ (1938-1941) de Pollock es un ejemplo de los primeros cuadros del genial artista de Wyoming, más tarde reconocido por su técnica única de salpicar pintura.

Todos estos cuadros dan cuenta, a su modo, de la compleja relación que existe entre arte y experiencia nacional, demostrando finalmente cómo la creatividad, la experimentación y la visión revolucionaria sirvieron para desentrañar y dar significado a un período de grandes incertidumbres y cambios en la sociedad. (F)

Datos

La muestra gráfica titulada Estados Unidos después de la caída: Pintura en los años 30’ estará abierta en Royal Academy de Londres, Inglaterra, hasta el próximo 4 de junio.

La exposición incluye 45 obras que, aunque icónicas, rara vez se han exhibido juntas. Entre los autores destacan por su estética: Jackson Pollock, Georgia O’Keeffe, Edward Hopper, Thomas Hart Benton, Philip Guston.

Es la primera vez que ‘Gótico Americano’ (1930), de Grant Wood, se expone fuera de Norteamérica. La pintura (el doble retrato rural de un obrero con un tridente junto a su esposa) es reconocible incluso por las parodias que ha provocado en Occidente.

La exhibición fue organizada por el Instituto de Arte de Chicago en colaboración con la Real Academia de las Artes, de Londres, y el Establecimiento público del Museo de Orsay et du Musée de l’Orangerie, de París.

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